Las magníficas voces de los locutores hondureños, que alegran, informan y contagian a cientos de personas a través de las ondas radiales, se han convertido en una de las más placenteras costumbres.
Con horarios matutinos, vespertinos o nocturnos acaparan la atención de los radioescuchas que eligen entre una amplia gama de profesionales que ensalzan el oído.
Programas noticiosos, musicales o de entretenimiento se han ganado el respeto de la ciudadanía.
La creatividad e innovación de los animadores han logrado que los hondureños se identifiquen plenamente con ellos y con las melodiosas o noticias con las que los mantienen atentos.
Fuente: latribuna.hn