ANTIGUAS CASAS DE LA CIUDAD

Tegucigalpa, Honduras miércoles 31 julio 2019

En esta primera entrega en el propósito de ir rescatando el centro histórico de la capital hondureña, hoy les ofreceremos gráficas de casas antiguas muchas de propiedad privada, pero se conservan como mudos testigos del ayer de las ciudades gemelas y que deben declarase parte del patrimonio de la capital junto a edificios públicos que en la próxima entrega ubicaremos para ir conformando un catálogo de la riqueza histórica de Tegucigalpa.

Comenzaremos con una casa de esquina que se encuentra en la avenida Máximo Jérez, al comienzo del callejón Casco final de La Ronda e inicio del Barrio El Centro. El inmueble de adobe construido en la época colonial fue la casa de la familia Cocaña mineros españoles que llegaron a finales del Siglo XV y se establecieron en el Real de Minas. En esa casa (foto 1) nació en 1799 Diego Vijil y Cocaña y su madre doña María Josefa Cocaña y Fábrega era su propietaria.

La casa se ha logrado conservar y al considerar que en ella nació don Diego Vijil, jefe de Estado de Honduras y El Salvador, ilustre hijo de Tegucigalpa y entrañable amigo del general Francisco Morazán es un monumento nacional.

Muchos tegucigalpenses de la década de los cincuenta pueden recordar que ese lugar operó un negocio donde se vendían frutas y legumbres y que se conocía como “Frutería El Rábano”.

Otra de esas vetustas casas todavía está en el barrio La Ronda, con algunas modificaciones pero guardando el estilo de viviendas de la época colonial (foto 2) fue propiedad de la familia Rivera Zafra y se recuerda porque una de sus últimas propietarias, doña Panchita Zafra, además de vivir en ella tenía una de las más famosas panaderías de la ciudad.

Construida en el barrio Berlín a finales del siglo XIX por el Dr. Gustavo Walter como casa de habitación en la parte superior, con entrada de hermosos arcos que daban acceso hasta el interior donde tenía su clínica, patios con jardines hasta llegar a La Alambra (foto 3) casa que en lo que después se bautizó como La Leona, guarda muchos recuerdos porque allá por 1903 se le consideró como Casa Presidencial porque el Dr. Walter se la cedió al presidente de la República, general Manuel Bonilla Chirinos, para que residiera en ella.

Otra de esas casas del ayer se encuentra en La Plazuela y fue cedida por la familia Ramírez para destinarla como capilla para rendir devoción a la virgen de Las Mercedes. El inmueble de uno de los barrios más antiguos de la ciudad se le conoce como “La Casa de la Virgen” (foto 4) y lo conserva una cofradía católica que desde hace muchos se formó para mantenerla bajo la jurisdicción del templo de San Francisco y dependiendo de la parroquia de San Miguel Arcángel.

Posiblemente pase desapercibida, pero su antigüedad puede estar marcada en el siglo XVI, es de propiedad privada, es una esquina interior a un patio frontal que da a la avenida Colón, es el límite entre La Plazuela y La Ronda fue la residencia de uno de los grandes maestros capitalinos el profesor Rafael Valle y la dejó a sus hijos Rafael y Mario, quienes la han conservado como era el gusto del distinguido mentor con el sabor del pasado (foto 5).

Otra de esas casas históricas es la que en 1769, la virgen de Suyapa intercedió para realizar el primer gran milagro concedido al capitán Joseph de Zelaya que ocupaba como mayordomo de la Hacienda San José del Trapiche una hermosa casa construida por don Bernardo Fernández.

La casa de hermosos corredores, con paredes de adobes dobles, con espacioso patio interior, de líneas señoriales (foto 6) por sucesión perteneció a la familia Zúniga Inestroza y actualmente a los Suárez Lardizábal.

Conservándola como en el ayer “El Trapiche” es hoy un centro social destinado a eventos especiales, pero sin perder aquella elegancia de casona de hacienda de la época colonial.

En la próxima entrega recordaremos los viejos edificios públicos y privados que forman parte de la riqueza histórica del Real de Minas y la Comayagua de los Indios.

Fuente: La Tribuna