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Fabricio Castillo, atleta hondureño

Tegucigalpa, Honduras domingo 14 julio 2019

El ultraman catracho está de visita en Honduras. Se llama Fabricio Castillo y reside en Arlington, Texas, desde hace cinco años. Viste jean roto, camisa negra, gargantilla de cuerda y una gorra hacia atrás. No aparenta ser el extraordinario atleta de un deporte ultradesconocido en Honduras, donde se cree que el fútbol lo es todo. Para quienes no lo sabíamos, ser ultraman es el límite de las pruebas del triatlón y Fabricio alcanzó ese desafío en Cozumel, México: Nadó 5 kilómetros en el océano, recorrió 300 kilómetros en bicicleta y cerró con 50 kilómetros a pie. Pasión, disciplina y tenacidad, fueron la clave del éxito de este exestudiante universitario de negocios, que un día dejó su casa, su esposa y su hijo, buscando el “Sueño americano”.

¿Dónde creció?
En la colonia Alameda de Tegucigalpa.

¿Por qué emigró?
La verdad tenía un negocio propio de venta de utensilios para fiestas, la mantuve un año, pero la situación del país se puso mal y decidí cerrar. Tampoco, hallé trabajo y entonces decidí emigrar de manera legal.

¿Adónde llegó?
Llegué a Dallas, Texas, donde una empresa me dio la oportunidad de trabajar con ellos y luego solicitar mi permiso de trabajo. Ahora soy residente.

¿Cómo sintió los primeros meses?
Muy difícil. Llegar a otro país diferente, sabía algo de inglés, la comida diferente, temperaturas arriba de los 40 grados, en fin, me fui acostumbrando.

¿Cómo le fue en el trabajo?
Empecé desde lo más bajo, luego operador, supervisor y actualmente soy manager del segundo turno en esta compañía.

¿En qué trabaja?
En una compañía que reempaca chips y venden comidas a las aerolíneas de los Estados Unidos. En esta segunda área trabajo yo.

¿Casado?
Sí, pero mi esposa y mi hijo siguen viviendo aquí en Honduras mientras les tramito papeles.

Una decisión radical, ¿por qué?
Al principio, iba con la idea de trabajar una temporada, recoger un dinero y regresarme a comenzar un nuevo negocio, pero estando allá recibí el apoyo de los jefes con el trámite de mis permisos y decidí seguir.

¿Cómo le va con el inglés?
Muy bien, entré al colegio a estudiar y más el diario vivir me ayudó mucho para aprenderlo rápido.

¿Ha sentido discriminación por ser hispano?
No mucho. En Texas hay mucho latino y es raro sentirse discriminado. La gente siempre ha sido respetuosa.

¿Nos decía que lo suyo es el triatlón?
Es mi pasión. El trabajo lo tengo para mantener a mi familia y el triatlón porque es un deporte muy caro. Se puede decir que si no se tiene los recursos abundantes es difícil practicarlo.

¿Qué tan caro?
Comenzando por la bicicleta, hay de todos precios, desde los 3,500 dólares en adelante.

¿La suya cuánto cuesta?
Anda en unos 6,500 dólares, más el resto del equipo, fácilmente podría andar en los 15 mil dólares.

Aquí en Honduras sería imposible practicarlo…
Definitivamente, esa fue una de mis limitantes. Cuando tenía 12 años miraba los programas de Ironman en ESPN y le decía a mi hermano que yo quería hacerlo. Pero en ese entonces, ni siquiera tenía una bicicleta.

¿Cómo comenzó?
Comencé en una de esas bicicletas normales para correr, pero entre más cómodo corres más puedes resistir ya que hay carreras que pueden durar hasta tres días.

¿Cómo hace para entrenar?
No es fácil, porque tengo un trabajo normal de 9 a 10 horas por día; entreno de alrededor de 3 a 4 horas 4 días en la semana y de 6 a 8 horas los fines de semana.

¿Qué es un ironman?
Es una de las competencias del triatlón: natación, ciclismo y carrera a pie. Las distancias pueden variar según la competencia. Yo hice sprint, olímpicos, medio ironman y me salté de ironman a ultraman, que son carreras ultra largas. En mi competencia de Cozumel, hice 5 kilómetros de natación, 300 de bicicleta y 50 kilómetros de carrera a pie.

¿Estas son competencias oficiales o de rigiosos?
Son competencias oficiales, las carreras sprint y olímpicas, son las básicas.

¿Hay más ironman en Honduras?
Hay más, Manuel Girón, que trabajaba en Televicentro, es uno de ellos, pero ultraman solo somos dos: Erick Chávez y yo. Chávez hizo un ultraman en Florida.

¿Cuál es su próxima competencia?
Voy al medio Ironman de Waco, Texas, el 30 de septiembre y voy a completar mi primer ironman a Cozumel, el 24 de noviembre donde me propongo quedar entre los primeros 50 de los tres mil participantes.

¿Le pagan por participar?
No me pagan, por eso le digo que es un deporte caro. Yo pago mi nutrición, alimentación, mi equipo, mi bicicleta, mis viajes, mi hotel.

¿Se entrena solo?
Yo tengo mi entrenadora, vive en Guatemala. Yo le pago.

Muy caro su deporte, mejor hubiera practicado fútbol…
La verdad que sí porque solo ocupo un balón, pero el ironman era mi sueño de niño, que solo podía cumplir en los Estados Unidos, porque ahí es muy fácil practicarlo.

¿Cómo anda en Honduras este deporte?
Como le decía, hace unos 18 años no había nada, hoy hay federación para triatlones cortos y medio pero ya para las distancias largas solo en Costa Rica se puede practicar.

¿Le gustaría participar en una triatlón en Honduras?
Tengo pensando venir este año a una vuelta ciclista y triatlones cortos.

¿Hasta qué edad se puede practicar?
Es un deporte ilimitado, hay ironman de 70 y 80 años. El triatlón es algo muy curioso, a diferencia de otros deportes, que se destaca a los 20 años, aquí las categorías más difíciles son entre los 30 y los 40 años.

¿Quiénes son los referentes del triatlón en el mundo?
Ahora mismo está Jan Frenon y Patrick Lam, el número uno, ambos alemanes.

¿Piensa competir en un campeonato mundial?
Tengo ese reto. Pero, debo clasificarme completando cinco ironman en un año. Creo que el siguiente año voy a intentarlo.

¿Hay alguna condición física que ayuda?
Ser delgado, alto, piernas largas, brazos, en mi caso, la bicicleta me va muy bien y la corrida por la zancada.

¿Vive solo?
Sí.

¿Cómo nos miran desde afuera?
Lastimosamente, nos conocemos por las cosas malas: Delincuencia, muertes, malos gobiernos, inseguridad. Eso es algo que me motiva cuando compita porque así las personas toman otro concepto del país.

¿Qué piensa de las caravanas de migrantes?
Me da mucha lástima ver arriesgar a los niños. No puedo juzgar al migrante porque yo lo hice, pero pienso que no se debe arriesgar a los niños en esas rutas tan peligrosas.

¿Aconsejaría que se vayan?
No podría dar ese consejo, sé que la situación es difícil aquí, si es la última opción, está bien, pero no solo decir me voy, deben pensar quién los va a recibir y otras cosas y no solo pensar en “El sueño americano”.

¿Existe “el sueño americano”?
Conseguir “el sueño americano no es fácil”, yo he ido luchando día a día, hubo veces que trabajé 20 horas, entraba a las 2:00 de la tarde y salía a las 8:00 de la mañana del siguiente día. “El sueño americano” implica sacrificio, responsabilidad, esfuerzo y dedicación.

¿Mira cambio del país con respecto a cuando se fue?
Hay diferencias, pero no para bien. Creo que cuando me fui, el país estaba mal pero ahora sigue peor. Hay aspectos que mejoraron, pero hay otros que ni siquiera se han tratado. El rico se sigue haciendo más rico y el pobre más pobre.

Fuente: La Tribuna

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