Tegucigalpa,Honduras domingo 29 noviembre 2020
Familias que perdieron todo por las inundaciones provocadas por las tormentas Eta y Iota dicen que tienen lo más preciado, la vida, y que no pierden la fe para superar esta tragedia, y además reconocen que el Gobierno no los ha dejado solos.
Lilian Bautista, quien es madre soltera de dos pequeños, de 6 y 3 años, en medio del llanto inconsolable mientras sostiene un brazo en la que era su vivienda, dice: “Perdí mi casa, el anhelo de mis hijos”.
“Mis hijos me preguntan cuándo regresamos a mi casa y yo les digo que Dios nos va a regalar algo mejor y que voy a seguir luchando”, agrega.
“Pero no es fácil; la construí con préstamos y la poca ayuda de mi hermana”, dice mientras se limpia las lágrimas.
Fuente: La Tribuna