Las tormentas tropicales Eta y Iota dejaron destrucción, dolor y luto en el territorio hondureño, especialmente en el Valle de Sula, que fue duramente golpeado en los últimos días por estos fenómenos naturales.
Ciudades inundadas, casas completamente destruidas, familias desesperadas, cultivos agrícolas anegados y otros daños forman el panorama de destrucción que se ve en esta zona productiva del país, afectada principalmente por las crecidas de los ríos Ulúa y Chamelecón.
Miles de rescatistas, entre miembros de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional, Cuerpo de Bombero, Cruz Roja, Cruz Verde, Copeco y muchos voluntarios, han realizado innumerables operaciones de rescate de damnificados con el apoyo de naves aéreas y embarcaciones de los órganos de seguridad, así como otras facilitadas por empresas y personas particulares.