Tegucigalpa, Honduras Domingo 22 diciembre 2019
Productores artesanales de los tradicionales cerditos horneados, esperan que durante las festividades de Navidad y fin de año equilibrar la economía de su rubro con la venta de miles de lechoncitos que se cocinan en el Occidente del País.
Según datos de las municipalidades de la zona quienes controlan la venta al menos unos cuarenta y cinco mil cerdos son sacrificados aproximadamente en los departamentos de Lempira, Ocotepeque y Copán, los cuales en la mayoría de los casos son llevados hasta las grandes ciudades del país e incluso al extranjero.
La demanda de este producto permite que durante el mes de diciembre los que comercializan este producto puedan mejor su economía y recuperarse de la inversión que realizan durante todo el año para adquirir los cerdos que son criados sobre todo en el sector rural de la zona.
Según Rafael Peña, productor artesanal de cerditos a la parrilla, en La Entrada de Copán solo el 24 de diciembre vende un promedio de ciento cincuenta cerditos a un precio tres mil quinientos lempiras, sin embargo en ciudades como Santa
Rosa de Copán, San Juan de Opoa, Mercedes Ocotepeque se compran con diferentes valores.
“Nuestros cerditos a la parrilla requieren de nueve horas de cocimiento para adquirir el sabor perfecto para complacer a los paladares de las personas más exigentes, cocinados a través de hornos industriales con fuego lento para que adquieran el sazón perfecto”, expresó Peña.
Además el artesano dijo, que con la venta que se produce durante todo el mes les permite recuperar la inversión que hacen durante todo el año, “aunque no hay que obviar que durante todo el año se vende sobre todos los que tenemos restaurantes y que vendemos el plato económico para los que nos visitan”.
El caso de Rafael Miranda es diferente porque la producción de él, es a través de hornos industriales sin embrago en el resto de la zona del Occidente la producción la efectúan a través de hornos de adobe con leña y siempre con fuego lento, tal es el caso de la familia Alvarado en Santa Rosa, la familia Cruz en San Juan de Opoa entre otros.
Fuente: El Pais