En las misiones a la Luna de los años 60 y 70, los ordenadores que usaron eran miles de veces más lentos que un smartwatch.

La próxima misión a la Luna utilizará computadoras mucho más sofisticadas, pero que a nuestros ojos ya son una antigüedad: tendrán procesadores de 2002.

La razón es que han sido sometidos a miles de pruebas durante años y deben protegerse contra la radiación y las temperaturas extremas, así que tienen que ser fiables, no se pueden usar chips recién lanzados.

Estos ordenadores de hace 20 años tendrán instalado un software llamado Callisto, creado por Lockheed Martin.

Callisto está compuesto por el asistente Alexa, y un software de videoconferencia llamada Webex, creado por Cisco.