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Educación prebásica: La delicada base estructural del sistema educativo

Tegucigalpa, Honduras miércoles 24 julio 2019

En el ámbito educativo se está generando una nueva tendencia de creer que es bueno forzar a los estudiantes de prebásico a aprender a leer y escribir antes de graduarse y asignarles muchas páginas de ejercicios para llevar a casa como tarea, con el objetivo de que -según personas que “creen” saber de educación- lleguen “listos” a primer grado. No obstante, esta idea no solo es descabellada, arbitraria y abusiva con respecto a los niños de esta edad, sino también carece totalmente de fundamentos lingüísticos, pedagógicos y didácticos, lo cual es peligroso para su futuro académico.

Primero que todo, si tomamos como referente la Teoría del Aprendizaje del psicólogo suizo Jean Piaget (1896-1980), veremos que él clasifica las etapas de desarrollo cognitivo en cuatro “estadios”, siendo de nuestro interés particular el segundo de ellos: la Etapa Preoperacional, ya que esta comprende más o menos de los 2 a los 7 años y en esta fase los niños apenas comienzan a adquirir la capacidad de ponerse en el lugar de los demás, actuar y hacer juego de roles. Sin embargo, aún son bastante egocéntricos, no comprenden la lógica concreta, no pueden acceder a pensamientos y reflexiones de tipo relativamente abstracto y, por lo tanto, no son capaces de manipular la información mentalmente ni tomar el punto de vista de otras personas.

Por otro lado, consideremos la Teoría Sociocultural del psicólogo soviético Lev Vygotsky (1896-1934) quien afirmaba que el aprendizaje debe construirse mediante interacciones sociales, con el apoyo de alguien más experto, de forma colaborativa e incluso a través del diálogo formal e informal con adultos. Vygotsky reconoce dos tipos de funciones mentales: las inferiores: con las que nacemos y que limitan nuestro comportamiento a simples reacciones al ambiente; y las superiores: que están determinadas por la forma de ser de nuestra sociedad, son mediadas culturalmente y se adquieren y desarrollan a través de la interacción social.

Considerando ambas teorías -apenas citadas de forma muy breve- y teniendo en cuenta que hay muchas otras teorías relacionadas; podemos argüir que la capacidad cognitiva de cada niño siempre se va a desarrollar en tiempos y formas muy distintas, dependiendo de su interacción con el medio físico a su alrededor y en función de la cantidad y calidad de interacciones sociales que tengan con los adultos y demás niños que les rodean desde su nacimiento, por lo que es imposible garantizar que todos leerán y escribirán al mismo tiempo.

En consecuencia, las autoridades educativas y los docentes debemos preocuparnos más por estudiar el Diseño Curricular Nacional de Educación Prebásica de Honduras, el cual está organizado en torno a tres áreas de desarrollo: a)personal y social, b)relación con el entorno y c)comunicación y representación; áreas que juntas suman catorce bloques de contenidos, con estándares ya establecidos que definen lo que se espera que los niños hayan alcanzado al finalizar dicho nivel y entre los cuales nos daremos cuenta que nunca figura: “son capaces de leer y escribir todo tipo de texto”, sino solamente: “Ejercitan su imaginación a través de la lectura” y “demuestran habilidad y destreza en la ejercitación previo a la escritura”.

Los padres de familia también deben saber que, si en los cinco años previos al prebásico, ellos nunca le compraron ni un libro de cuento a sus hijos, nunca les leyeron en voz alta, ni hicieron una tarjeta de felicitación juntos, no los llevaron al teatro o al museo a ver cualquier tipo de manifestación artística, no leyeron las instrucciones de un juguete, una receta, el manual de un aparato o un poema, no escribieron una carta a los abuelos (el niño dictando y los papás copiando), ni les modelaron los diversos usos del lenguaje escrito y su importancia para comunicarnos como seres humanos, es simplemente un crimen pretender que sus hijos “mágicamente” lean por simple coerción de un docente.

Ferreiro y Teberosky (1997) advierten tanto a padres como a educadores escolares que: “si en su intento o prisa por hacer que los niños aprendan a leer y escribir de manera convencional, les dicen cuáles son las letras y cómo suenan cuando se combinan, estarán estropeando sus procesos de construcción, en lugar de allanar el camino hacia su aprendizaje. Es más, inhibirán el uso social que hagan de ello, propiciando que se conviertan en analfabetas secundarios, es decir, aquellos capaces de decodificar lo que está escrito, pero que no logran comprender lo que dice y menos aún hacer uso social de la lectoescritura”.

¿Ahora ven por qué luego abundan los estudiantes que en teoría “saben” leer y escribir pero nunca eligen hacerlo porque lo odian o les parece carente de sentido y aburrido?

 
 
 
 

Fuente: La Tribuna

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