Tegucigalpa, Honduras. 19.05.2017
Con el objetivo de eliminar y reducir gradualmente el equipo médico con altos componentes de mercurio, el Hospital Escuela Universitario (HEU) realizó un estudio llamado Gestión Ambientalmente Racional de Mercurio (GAR Hg).
El coordinador del proyecto GAR, Pablo Rodríguez, explicó que “este día lo que se hizo fue conocer de cuánto es la generación de mercurio que tiene el hospital, a manera de actualizar la línea de base del proyecto en ambos hospitales”.
En el estudio se encontró 17,731 gramos de Hg de mercurio, distribuido en dispositivos médicos como esfigmomanómetros, termómetros, sondas esofágicas, reactivas a nivel de laboratorio y un porcentaje fuerte en luminarios o mejor conocido como componentes de iluminación.
También se identificó como portadores de mercurio aquellos dispositivos más comunes usados en el área de odontología, como los termómetros, esfigmomanómetros, reactivos de laboratorio, amalgamas.
DESECHOS EN ALMACENES
Por otra parte, para los desechos de mercurio en dispositivos en desuso se contabilizaron 2,000 gramos en los almacenes de bienes nacionales dentro del HEU.
El análisis se realizó en base a una metodología internacional con la Organización Salud sin Daño, cuya funcionalidad data de hace 20 años en la sustitución de dispositivos con mercurio en hospitales.
Los diseños metodológicos destacan la inclusión sobre la importancia del compromiso para asumir el reto de ser un hospital libre del uso de mercurio.
La iniciativa es impulsada por Secretaría de Recursos Naturales, Ambiente y Minas (MiAmbiente), con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el cofinanciamiento del Fondo Mundial para el Medio Ambiente.
Asimismo será desarrollada como proyecto piloto en el HEU, el Hospital Mario Catarino Rivas y en diferentes hospitales.
LOS RIESGOS LETALES
El mercurio elemental y el metilmercurio son tóxicos para el sistema nervioso central y el periférico. La inhalación de vapor de mercurio puede ser perjudicial para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo y los pulmones y riñones, con consecuencias a veces fatales.
Usar un aparato médico en el que accidentalmente al abrirlo se derrama el mercurio libera una contaminación ambiental, que es persistente como metal y puede ser inhalado por las personas, pues es un neurotóxico.