El fútbol de Honduras ha recibido un nuevo golpe en el corazón y por segunda ocasión consecutiva se ha quedado sin poder regresar a un mundial de fútbol después de dos boletos directos a Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, ya para Rusia 2018 quedamos fuera en el repechaje contra Australia y esta vez, rumbo a Qatar, la eliminación ha sido prematura y con un cambio de entrenador en medio de la eliminatoria.
Y aunque los principales responsables de este nuevo fracaso son los futbolistas y el anterior técnico Fabián Coito, los hombres de pantalones largos que definen el rumbo de la Bicolor no se quedan atrás y ahora son señalados por una administración fallida a nivel mayor con dos exclusiones consecutivas.
A nivel de selecciones menores los resultados, de momento, se han mantenido en Sub-17, Sub-20 y Sub-23, pero el panorama en este nivel no es alentador debido a la poca planificación y la supresión de torneos de formación como el de reservas.
Y es que todo, como dice un adagio, ‘lo que inicia mal, terminal mal’ y así ha pasado en este proceso donde el tiempo se ha encargado de demostrar que las decisiones no fueron las correctas pese a las voces de alerta en 2019 cuando se informaba la posibilidad que un entrenador inexperto tomara el mando de la Bicolor.
«La Federación ya debe tener un análisis de dónde se equivocaron; lo primero es obvio, trajeron un técnico bien formado, pero con poco conocimiento en el área y en el manejo de jugadores adultos y eso pasó factura porque en su afán de ir formando futbolistas no hizo la elección correcta», coincide Rolando Peña, vicepresidente de Marathón.
Y es que la decisión de fichar a Fabián Coito era contraria a las tomadas en eliminatorias anteriores con Rafael Callejas y Alfredo Hawit, donde el primer filtro para la elección del entrenador era un perfil mundialista como sucedió con Luis Fernando Suárez y posteriormente con Jorge Luis Pinto; con Reinaldo Rueda en 2006 la apuesta de Rafael Ferrari fue distinta, pues el sudamericano había completado procesos de selecciones menores en Colombia, contaba con recorrido en eliminatoria mayor de Sudamérica y eso le daba un plus para experimentar con Honduras en Concacaf y llevarla a un mundial después de 28 años.
Aún así, la Fenafuth y la Comisión de Selecciones encabezada por Rafael Villeda y Javier Atala, que también fueron piezas claves en el fichaje de Suárez y Pinto, creyeron erróneamente que Fabián Coito era el hombre ideal para iniciar una transformación del fútbol hondureño por su experiencia a nivel menor en Uruguay, sin embargo sus credenciales en eliminatoria absoluta quedaron cortas y se evidenció al momento de tomar decisiones en momentos importantes de los partidos definitivos.
Pero es que Coito arrancó mal su proceso y nadie lo corrigió al permitirle la elección de un asistente hondureño sin ninguna experiencia en clubes y que en ese momento estaba en política; luego en 2019 en su primera competencia oficial en Copa Oro dejó a Honduras en la última posición del grupo C con 3 puntos, posterior a esto agarró una racha positiva en amistosos, pero la pandemia por Covid-19 frenó el proceso que parecía ir bien encaminado.
Fuente: https://www.diez.hn/