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Tegucigalpa, Honduras lunes 04 noviembre 2019
Con la procesión y diferentes canticos, cientos de feligreses católicos participaron este domingo en la celebración de San Martín de Porres, en el barrio Morazán de Tegucigalpa, cerca del Estadio Nacional.
El párroco de la iglesia, Carlos Rubio, refirió que San Martín de Porres “es un Santo que nos enseña la humildad, la caridad y estamos alegres al celebrar este 3 de noviembre la fiesta solemne de San Martín de Porres”.
“Es un Santo centroamericano, su madre era panameña, él nació en Perú en 1579 y falleció en 1639, este Santo es patrono desde que fue elegida esta parroquia desde hace 55 años”, reveló.
Desde niño sintió predilección por los enfermos y los pobres. Aprendió el oficio de barbero y algo de medicina. A los 15 años pidió ser admitido como “donado”, es decir, como terciario, en el convento de los Dominicos.
También comentó que “es el Santo de los barrenderos, barberos y también de los enfermos, porque se dedicó mucho a cuidar de los enfermos y los pobres necesitados, es un ejemplo de humildad, caridad y de paz, porque logró que los gatos, los perros y los ratones comieran juntos sin ningún problema.
“San Martin cuando lo insultaban por ser mulato, era un Santo que nunca devolvía insulto y por eso es el Santo de la paz, creo que es el ejemplo que debemos imitar, porque la violencia engendra más violencia”, recordó.
La celebración inicio con una alborada, seguido de una procesión del Santo Rosario cerca del Hospital Escuela hasta la parroquia y la santa eucaristía la oficio el obispo de la diócesis de Copán, monseñor Darwin Andino, que vino a compartir con los fieles la alegría de esa fiesta.
En su servicio de enfermero no hacía diferencia entre pobres y los que más tenían, aunque tuvo que pasar por experiencias de incomprensión y envidia. En 1603 hizo su profesión religiosa.
San Martín es recordado con la escoba, que es símbolo de su humilde servicio. Por ello, San Juan XXIII al canonizarlo en 1962 dijo: “¡Ojalá que el ejemplo de Martín enseñe a muchos lo feliz y maravilloso que es seguir los pasos y obedecer los mandatos divinos de Cristo!”.
Fuente: La Tribuna
