
No hace mucho, Gustavo Castillo, o «Tavo Man» como es conocido, llevaba una vida tranquila en una comunidad garífuna en la costa norte de Honduras, donde sus días transcurrían entre agua de coco, pescado frito, casabe y machuca. Hoy, su nombre resuena en los pasillos de los estudios, donde alguna vez grabaron Bob Marley y Whitney Houston, y el año pasado, fue nominado al Grammy Latino, compartiendo espacio con gigantes de la música como Bad Bunny y Karol G. En un lapso tan breve, este cambio radical ha llegado sin padrinos ni atajos. Desde San Francisco, California, en una entrevista telefónica, “Tavo Man” repasa la sorprendente transformación de su carrera como cantante y pintor, destacando la riqueza de su cultura étnica como uno de los pilares fundamentales de su ascendente éxito.
–Siendo de comunidades futboleras ¿Cómo te inclinaste por la música?
Realmente, el fútbol nunca me llamó la atención, creo que hay demasiados de mi comunida haciendo fútbol (se ríe) y creo que necesitaba un lugar para hablar de las historias que pasan en la comunidad y compartirlas con el mundo.
—¿Cómo fue ese primer contacto con la música?
Me acuerdo que primero compré un mocrífono que se usan para videojuegos, de esos que traen el micrófono enfrente, entonces, yo comencé sin intenciones de hacer nada grande.
—¿Algún padrino?
Ninguno, pero Miguel Álvarez, el primer boxeador garífuna que peleó en el Garden Madison Square, empezaba un proyecto de rescate juvenil en mi pueblo porque se estaba poniendo caliente, me contacta, invierte en comprar el equipo de música y ahí surgen las ganas de cantar.
—¿Por qué cantar en garífuna y no en español?
Yo quería hacerlo en español, pero Miguel me dijo que lo hiciéramos en garífuna porque hay más oportunidad, hoy, en día, hay pocos garífunas sobresaliendo en la música.
—¿Cómo fue esa niñez en tu pueblo?
Sano, hasta cierto punto, por las tardes era de ir a ver una chava por ahí, pero luego surgen gangas y cosas así, ya no son peleas con puños sino que se incluyen armas y se pierde el control de la comunidad.

—¿Tus amigos de infancia llegaron a destacar en el fútbol?
Varios amigos tenían esa posibiliad por su potencial, pero muchos se perdieron en el alcohol y las drogas y no llegaron a triunfar en la Liga Nacional.
—¿Cómo sales de tu pueblo a la ciudad?
Mis padres siempre tuvieron su casa en La Ceiba y me mandaron a estudiar a Tegucigalpa en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Luego volví a La Ceiba, donde seguí creciendo empíricamente con la música y la pintura, porque es esa es otra de mis pasiones desde niño, siempre gané los concursos de dibujo desde la escuela hasta la universidad en los que participé.
—¿Qué estudiaste en la universidad?
Estudiaba la licenciatura en Música, pero no logré terminar porque se vinieron las huelgas, así que me fui a Panamá y comencé a trabajar en pintura y restauraciones, estando ahí comencé a ir a la radio a promocionar la música, pero no me gustó porque me pagaban 200 dólares por 12 horas, por eso me regreso a Honduras, porque gabana más haciendo música para gente de Estados Unidos. De vez en cuando, salía a las plazas públicas a presentar mis pinturas y ese sigue siendo mi estilo de vida, las dos cosas van de la mano, porque cuando una canción no me da para expresarme, me da la pintura y viceversa.

—¿Desde cuándo vives Estados Unidos?
Estoy radicado desde el 2019, decidi establecerme porque en Honduras es difícil vivir de lo que uno ama, y frente a eso uno le dan ganas de luchar por lo que sueña.
—¿Cómo te conectas con la industria musical en Estados Unidos?
Bueno, primero comencé a buscar estas plataforams grandes, un open estudio, donde se me da la oportunidad de exponer mis pinturas al par de artistas locales de San Francisco, California, se hizo una exposición colectiva de artistas y esa fue la puerta que se me abrió para seguir exponiendo mi arte en galerías y así las cosas fueron tomando forma de la mano de Dios.
—¿Cómo consigues ser nominado al Grammy?
Honestamente, no me lo esperaba, porque fue una una canción garífuna y yo nunca he escuchado una canción garífuna en las plataformas siendo nominada, quizá esta sea la primera vez, voy intentarlo no tengo nada que perder, dije y mandé el material. Gracias a Dios salió nominada y hasta la fecha no lo creo, pero aquí tengo la medalla.

—Como decimos aquí, casi te da un “patatús”
Ja, ja, ja, honestamente que sí, cuando estaba en la alfombra roja, yo le decíaa Miguel, Bro, estamos aquí, Bro, yo no me lo creía.
—¿Contra qué “toros” de la música te estabas rifando la nominación?
Bad Bunny, Karol G, Daddy Yankee, imaginate, estar a la par de estas grandes estrellas de la música y nadie sabía quiénes éramos nosotros, todo mundo sabía quién era quién ahí, pero de nosotros nadie sabía, pero ahí estábamos, fue una experiencia que ha cambiado mi vida.
—¿Pudo haberte afectado que tu canción era garífuna para ganar la nominación?
No tiene nada que ver, porque vimos a otros artistas dedicados en hacer música étnica, ya en la votación compites con representantes de esas grandes corporaciones como la Sony y Universal y yo me presenté como independiente, lo cual fue increíble por ser mi primera vez en el mismo año.

—¿A qué artistas famosos saludaste esa noche?
Mira, se hizo una cena de gala para el Artista del Año, Carlos Vives, me acuerdo, en la mesa conmigo estaba el presidente de la Sony, apareció De La Ghetto, estábamos en la misma mesa y una semana antes le había regalado un retrato a Christian Nodal.
—¿Y qué te dijo?
Estaba encantado, me dijo que el retrato estaba mejor que estaba mejor que la fotografía, ja, ja, ja.
—¿Qué estás haciendo desde entonces?
He estado en clases de la Academia, porque cuando eres nuevo, no conoces a nadie, se dedican a educarte, cómo hacer la cosas correctas. Semanas atrás estuve en dos de los estudios más grandes de la música de todos los tiempos, donde grabó Bob Marley y Whitney Houston y en Nueva York en una de las convenciones más grande de la música de todo los tiempos, recibiendo educación.

—¿Te acuerdas siempre de Limón?
Siempre, de hecho, comemos machuca, hace poco, que andaba por Chicago en casa de Miguel, comimos casabe, la cultura la vivo siempre, no olvido mi comunidad, escuchando gente hablando garífuna, tomando coco, en la playa, friendo un pescado.
—¿Cuando piensas volver a Honduras?
Por ahora, no. Estoy pensando en crecer lo más que pueda y regresar a mi tierra con proyectos y apoyo a mi comunidad, llevar artistas, hacer donaciones en las escuelas, no sosalmente llegar y montar una fiesta.
—¿Tienes presentaciones próximas?
Tengo varias presentaciones aquí en Galerías, para exponer mis pinturas, este año estuvimos presentando en NY, New Orelans, pronto estaremos en Houston y el otro año tenemos una agenda muy apretada.

—¿Has sentido el apoyo de la gente?
Claro que sí, aunque siempre hay otra que se acerca cuando ya todo mundo habla de ti en bien y comienzan a decir este es mi primo.
—¿Crees que se está perdiendo la cultura garífuna?
Mucha gente la está olvidando porque cree que adoptar tendencias hace que uno brille, pero no es eso, es la cultura.
—¿Estás casado?
No, todavía no encuentro la tóxica.

ÉL ES…
Gustavo Castillo, más conocido como “Tavo Man” es artista independiente cantante y productor hondureño dueño de la compañía G.A Prod Music. Nació en Limón, una aldea garífuna del departamento de Colón. Es el primer hondureño nominado a un Grammy y su ultimo material “Conocerte” se escucha en Chile, Colombia, Alemania, Honduras, México. Está radicado en San Francisco, California.

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