La NASA ha anunciado que usará una nave Crew Dragon de SpaceX para sus dos rotaciones de astronautas de 2025. Pero SpaceX ha estado encargándose de estos vuelos desde 2020, ¿cuál es la noticia? Pues que uno de ellos estaba asignado originalmente a la Starliner de Boeing.
El problema. La NASA esperaba que la nave CST-100 Starliner de Boeing estuviera certificada a tiempo para una misión rutinaria en febrero de 2025. Sin embargo, los problemas técnicos que surgieron durante su primer vuelo tripulado a la Estación Espacial Internacional han vuelto a retrasar su certificación.
La solución. La NASA ha adelantado la misión Crew-10 de SpaceX a febrero de 2025 para cubrir el primer vuelo operacional con astronautas de Boeing, denominado Starliner-1.
Si bien Starliner-1 está ahora virtualmente programado para agosto de 2025, la agencia espacial no confía en que la nave de Boeing esté lista para transportar astronautas en verano, así que, por otro lado, ha adelantado la misión Crew-11 de SpaceX a julio de 2025.
Crew-10 y Crew-11. Crew-10 será una misión rutinaria de seis meses a la Estación Espacial Internacional con dos astronautas estadounidenses (Anne McClain, comandante, y Nichole Ayers, piloto), un astronauta japonés (Takuya Onishi) y un cosmonauta ruso (Kirill Peskov).
Crew-11 será la segunda misión rutinaria de seis meses de 2025, compensando la que Boeing no podrá cubrir. Pero se esperaba para 2026, así que su tripulación todavía no ha sido anunciada oficialmente.
Suni y Butch. Los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams, que subieron a la Estación Espacial Internacional en una nave Starliner como parte de una misión de prueba de 10 días, siguen en el espacio cuatro meses después.
Su Starliner volvió vacía a la Tierra por los problemas en los propulsores de maniobra de la nave de Boeing, así que Suni y Butch ahora forman parte de la tripulación principal de la ISS. Regresarán a la Tierra en febrero de 2025 a bordo de la nave Crew Dragon de la misión Crew-9, que se lanzó con dos asientos libres para ellos.
Qué hay de Boeing. La NASA todavía tiene que decidir si la nave Starliner requerirá otro vuelo de prueba antes de ser certificada para misiones operacionales. Los vuelos de Starliner se han retrasado indefinidamente a le espera de esta decisión.
Boeing no ha emitido declaraciones, pero está revisando con la NASA los datos de la misión de prueba para entender el problema de los propulsores y las fugas de helio de la nave. No es tarea fácil, ya que solo se ha recuperado la cápsula: el módulo de servicio, donde se encontraba el sistema RCS de la polémica, estaba diseñado para quemarse en la atmósfera como ocurre con el maletero de la Crew Dragon.
Dos naves son mejor que una. El acuerdo de intercambio de asientos entre la NASA y la agencia rusa Roscosmos no se ha renovado aún y podría terminar en marzo de 2025 con el lanzamiento del astronauta Jonny Kim en una cápsula Soyuz.
A partir de ahí, la nave Crew Dragon de SpaceX será la única opción de Estados Unidos para llegar a la órbita baja terrestre hasta que la Starliner esté lista. Tener dos naves disponibles es mejor que tener una, pero Boeing está perdiendo mucho dinero en su desarrollo, y no le queda margen para recuperarlo en los cinco años que le quedan de vida a la Estación Espacial Internacional, sobre todo si la NASA sigue sin tolerar ningún riesgo. El futuro del programa es una incógnita.