La NASA ha recibido el mejor regalo de Navidad que podría haber imaginado. Este sábado 25 de diciembre el telescopio espacial James Webb ha sido lanzado con éxito a las 13:20 hora peninsular en el Puerto Espacial de Kurú, en la Guayana Francesa. Han pasado 14 años (en 2007) desde que se planteó el lanzamiento que ha sido retrasado por múltiples motivos pero que no ha restado importancia al proyecto más ambicioso, en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense.
A partir de hoy empieza un camino que durará 29 días y que dejará a los desarrolladores del James Webb en vilo. El telescopio espacial está diseñado para observar el universo y poder entender cómo hemos llegado a este momento. El objetivo es saber más acerca de cómo se forman y evolucionan los agujeros negros, las galaxias, las estrellas y la formación de exoplanetas. Será el mayor observador del universo hasta la fecha.
Para ello, deberá llegar sano y salvo. El telescopio James Webb tendrá que desplegarse a sí mismo en un camino de 29 días hacia su órbita, a 1,5 millones de kilómetros desde la Tierra. Orbitará alrededor de sol, en el punto Lagrange 2 y, si lo consigue, será el objeto en órbita más lejano hasta la fecha. Los instrumentos del James Webb se irán extendiendo conforme vayan pasando los días hasta alcanzar los 21 metros de ancho por 14 de altura, un tamaño aproximado al de una pista de tenis. El verdadero reto está en que en este proceso no ocurra ningún fallo que pueda llevar al traste muchos años de investigación y millones de dólares.
Fuente: hipertextual