Tegucigalpa,Honduras miércoles 24 noviembre 2021
Nunca antes como en tiempos de pandemia, podemos decir que nuestro mejor aliado en la práctica es la resiliencia, esta palabra que proviene de latín resilire, que significa «volver». Si nos vamos a sus implicaciones, no es más que la capacidad de cada persona para hacer frente a sus propios problemas y superar los momentos difíciles. El reto personal del trabajar consigo mismo y el tratar de hacerse fuerte ante la adversidad, es complicado aseguran algunas personas, ahora bien, traduzcamos esto al ámbito familiar, ¿Cómo se logra una familia resiliente?
El Presbítero Luis Enrique Gutiérrez, Párroco de la comunidad Santa María Reina, considera que hoy en día, en medio de las dificultades que se nos presentan, necesitamos urgentemente familias resilientes y que para lograrlo es necesario el apoyo entre los mismos miembros del núcleo familiar. “Es importante fortalecer el valor del amor, de la honestidad y del respeto” asegura Gutiérrez, quien también agrega que “debemos tener una cohesión y flexibilidad, una buena comunicación, hablar tanto en los momentos buenos como en los difíciles”.
El dolor pone a prueba la resiliencia
Según los expertos en psicología, para incrementar la resiliencia familiar es importante crear mejores “puentes de comunicación” para permitirse expresar sentimientos y emociones con la convicción de que el dolor disminuye su intensidad cuando se acepta, asume y comparte.
Replantearnos
Para el licenciado Javier Dávila, miembro de la Fundación Hondureña para la Orientación Familiar (FUNDHOFAM), es importante que los padres se replanteen la educación de los hijos para hacerle frente a todas las situaciones adversas y así sacar resultados positivos.
Responsabilidad
A criterio del especialista Dávila, es importante que los padres asignen responsabilidades a los hijos, a pesar de que se cuente con la ayuda de una empleada doméstica. “Ellos deben de hacer sus cosas y también se les debe de enseñar cuánto cuesta ganarse el dinero”.
Fuertes
Dávila expresó que, al forjar las bases de nuestros hijos, tendrán la capacidad de enfrentarse a cualquier adversidad. Los padres tienen el control de ir formando el carácter y prepararlos para sobreponerse a los cambios que se puedan presentar.
Fuente: La Tribuna