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Tegucigalpa,Honduras martes 09 noviembre 2021
La pandemia de la COVID-19 y los huracanes Eta e Iota amplificaron aún más la vulnerabilidad, la desigualdad y la discriminación en Honduras, donde la pobreza aumentó al 70 % en 2020, según un estudio publicado este miércoles por el Instituto Danés de Derechos Humanos.
El estudio «Hacia una recuperación sostenible de la covid-19 en Honduras» señala que las medidas de confinamiento para frenar la propagación del coronavirus y los efectos de Eta e Iota provocaron un aumento en los niveles de pobreza en Honduras, uno de los países más desigual y más afectados por la crisis, cono 700.000 nuevos pobres en 2020.
«La covid-19, Eta e Iota han revelado y ampliado los patrones existentes de vulnerabilidad, desigualdad y discriminación», dijo la directora del departamento de Desarrollo Sostenible del Instituto Danés de Derechos Humanos, Birgitte Fejring, al presentar los resultados del documento en un evento virtual.
El estudio destaca la importancia de que Honduras aumente sus «esfuerzos en la lucha contra la pobreza, especialmente la pobreza extrema» a través de la adopción de un «plan nacional de acción» que integre un enfoque de derechos humanos, tenga recursos suficientes para su ejecución y preste la debida atención a las brechas ya existentes.
El país también tiene que adoptar «medidas de lucha contra la desigualdad, teniendo en cuenta las necesidades de los sectores sociales más desfavorecidos y marginados, particularmente de los grupos con bajos ingresos, los pueblos indígenas y afrohondureños, y de las personas que habitan en las zonas rurales».
Honduras debe incorporar el empleo informal a regímenes de protección y seguridad sociales, y acceso a recursos financieros, así como construir una economía nacional.
CRISIS DE DERECHOS HUMANOS
La pandemia y los huracanes Eta e Iota, que azotaron Centroamérica en noviembre pasado, han tenido un «efecto perverso», indicó la representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) en Tegucigalpa, Isabel Albaladejo.
La covid-19 ha «magnificado los patrones de vulnerabilidad, desigualdad y discriminación preexistentes en el país con mayor énfasis en los grupos de mayor vulnerabilidad, provocando una regresión importante en el goce y disfrute de varios derechos económicos», subrayó la diplomática.
La crisis sanitaria y humanitaria ha tenido «un fuerte impacto y se ha traducido en una crisis de derechos humanos», señaló Albaladejo, quien instó a las autoridades a «fijar la mirada y los esfuerzos estatales» en la garantía de los derechos económicos, sociales y culturales, para avanzar en el cumplimiento de las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos.
Las consecuencias de la pandemia y los huracanes han «aumentado la desigualdad socio económicas y estructurales preexistentes y afectando a las personas en vulnerabilidad, sobre todo las mujeres, indígenas, personas LGBTI, discapacidad», enfatizó.
EFECTOS DEVASTADORES
La titular del Comisionado Nacional de Derechos Humanos, Blanca Izaguirre, dijo que la pandemia de covid-19 en Honduras ha tenido «un efecto devastador» en diferentes grupos de la población.
La pandemia también ha revelado «la existencia de patrones sistemáticos y progresivos como la discriminación, la desigualdad, que son consecuencias del abandono que el Estado, como garante de los derechos humanos, está obligado a cumplir», subrayó.
Izaguirre indicó que el coronavirus «alteró y sigue alterando significativamente todos los ámbitos sociales y esferas de la vida individual, pero también en la sociedad, sus efectos han agravado y profundizado un contexto que era evidente y muy crítico de la realidad nacional, que se ha caracterizado por crisis prolongadas».
La pandemia y los efectos de las tormentas tropicales Eta e Iota «nos dejan en una situación más vulnerable» frente al cambio climático, «con crisis agroalimentaria y un debilitamiento progresivo del Estado de derecho».
Fuente: La Tribuna
