Lo hemos visto en los cines desde hace años. Desde ‘Cuando los mundos chocan’ (1951) hasta ‘2012: Supernova’ (2009), pasando por ‘Armageddon’ (1998), ‘Deep Impact’ (1998) ‘Meteoro’ (1979). Todas estas películas, aunque separadas en el tiempo, tienen en común un tema central: el impacto de un asteroide en la Tierra.
Las naves espaciales Long March 5 son claves en el desarrollo espacial a corto plazo del país asiático. Desde 2016, han lanzado con éxito un total de 6 cohetes de esta clase. Sin embargo, hay que tener en cuenta que uno de ellos causó algunas preocupaciones de seguridad, ya que en mayo de este año cayó a la Tierra. Afortunadamente, su colisión fue en el Océano Índico y no supuso ninguna catástrofe mayor.
Otra posibilidad para desviar al asteroide sería emplear energía cinética. No obstante, la energía nuclear corre el riesgo de romper los cuerpos celestes en trozos, lo cual supondría más riesgos para la Tierra. Por esta razón, el envío de 23 cohetes que tendrían que viajar durante tres años antes de alcanzar Bennu sería la opción más práctica.
La NASA también trabaja en esta tecnología espacial
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) de EEUU también está trabajando en una nave espacial robótica para desviar asteroides. Se trata de DART (Prueba de Redirección de Asteroides Dobles).
Además, también trabaja en el proyecto HAMMER (Hypervelocity Asteroid Mitigation Mission for Emergency Response), que enviará 400 toneladas de material de cohetes a Bennu. El viaje sería más rápido que el propuesto por los investigadores chinos, tardando únicamente dos años en llegar al asteroide.
No obstante, su proyecto es más caro y tardaría más años en desarrollarse. EE. UU. tendría que empezar a construir su maquinaria 25 años antes de la posible colisión, mientras que los asiáticos necesitarían un aviso de una década.