Los teléfonos inteligentes midieron la aceleración y los movimientos mediolaterales (de lado a lado), verticales (arriba y abajo) y anteroposteriores (adelante y atrás) mientras los participantes caminaban.
Alrededor del 90 por ciento de las veces, los investigadores pudieron usar los cambios en la zancada para identificar cuándo la concentración de alcohol en el aliento de los participantes superaba el 0,08 por ciento, el límite legal para conducir en los Estados Unidos.
«Este estudio de laboratorio controlado muestra que nuestros teléfonos pueden ser útiles para identificar ‘firmas’ de degradaciones funcionales relacionadas con el alcohol», dice Suffoletto.
Aunque colocar el teléfono inteligente en la parte baja de la espalda no refleja la forma en que las personas llevan sus teléfonos celulares en la vida real, el grupo de investigación planea llevar a cabo investigaciones adicionales con personas llevando los teléfonos en sus manos y en sus bolsillos.
«En 5 años, me gustaría imaginar un mundo en el que si la gente sale con amigos y bebe a niveles de riesgo», dice Suffoletto, «recibirá una alerta a la primera señal de degradación y se le enviarán estrategias para ayudarle a dejar de beber y protegerle de eventos de alto riesgo como la conducción, la violencia interpersonal y los encuentros sexuales sin protección».
(Fuente: NCYT Amazings)