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Tegucigalpa, Honduras martes 30 junio 2020
Este 30 de junio marca el último día en el que Chiquita Brands International mantendrá abierta sus operaciones de embarque en Honduras, marcando un posible golpe a la economía de la región norte.
La “salida” de la empresa ocurre un año después que la empresa implementó un plan de traslado de sede portuaria de Puerto Cortés a Puerto Barrios en Guatemala.
Sin embargo, a pesar del cambió, la organización seguirá exportando banano hondureño mediante vías terrestres y mantendrá sus oficinas administrativas en La Lima y San Pedro Sula.
El aporte a la economía
Cifras preliminares del Banco Central de Honduras (BCH) reportan que en el 2018 Honduras exportó casi 37 mil cajas de banano, cantidad que se traduce a más de 530 millones de dólares.
Para el historiador, Edgar Soriano, esta restructuración de operaciones no tendrá mayor impacto, comentando que “una compañía es la que puede desaparecer, pero no la industria. El banano no va a desaparecer por que una compañía decida irse.”
Asimismo, el historiador comentó que, hace dos años la producción anual de la Chiquita rondaba los 400 millones de dólares anualmente. “Producir banano genera una renta inmensa,” agregó el experto especializado en historia de América.
Respecto a los empleos directos que la empresa genera, Soriano calcula que Chiquita Brands emplea una fuerza laboral de alrededor de dos mil empleados y trabajadores temporales en aproximadamente 11 plantaciones. Estos empleos están relativamente seguros, calculó el profesional.
Por otra parte, se reporta que el cese de exportaciones sí afectaría a 200 contratistas locales que prestan servicios de refrigeración, electricidad y mecánica a los contenedores de fruta.
Una salida anunciada
El cese de operaciones de exportación de la empresa ocurre luego de que la empresa reportara 17 millones de dólares en pérdidas debido a huelgas por trabajadores en el 2018.
Además, como resultado de la huelga de 77 días, se reportó que alrededor de un millón de cajas de banano no se exportaron.
“Se debe respetar a la inversión, pero también respetar a los trabajadores,” señaló Soriano quien a su vez recomendó que el Estado debe tener “reglas claras” al momento de negociar con inversionistas extranjeros.
“Si temenos un Estado débil en el manejo de negociar el recurso natural, ¿cómo vamos a lograr que se instalen compañías en condiciones claras para el beneficio de los trabajadores?” finalizó el historiador.
Fuente: hondudiario
