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Las misiones de la ciencia y la innovación

18.02.2020

El objetivo del Gobierno con este programa es dar respuesta a cinco desafíos reales de importancia estratégica para España.

El ambicioso programa Apolo es el ejemplo más conocido del diseño de políticas orientadas a misiones. El objetivo que se planteó EEUU en Mayo de 1961, enviar a astronautas a la Luna y traerlos de vuelta antes de que terminara la década, era casi impensable con la tecnología disponible entonces. El programa, impulsado por John F. Kennedy, supuso emplear a 400.000 personas de múltiples disciplinas y una inmensa inversión de más de 20.000 millones de dólares de la época. El resultado fue el alunizaje en 1969 de Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins, un sinfín de avances tecnológicos y la victoria de la carrera espacial sobre la Unión Soviética, que había conseguido hasta ese momento los mayores hitos en el espacio, como el primer satélite en órbita, el primer ser vivo en el espacio −la famosa perrita Laika−, el primer hombre −Yuri Gagarin− y la primera mujer, Valentina Tereshkova. Fue tal el éxito y la rentabilidad para la economía americana de esta inversión, que en EEUU llaman moonshot a todo programa disruptivo de avance tecnológico con objetivos muy concretos.

En el ministerio estamos definiendo políticas orientadas a objetivos tecnológicos concretos y definidos, inspiradas en el Apolo y su ambiciosa misión, lo que mejorará la eficiencia del trabajo que se realice. El programa Misiones Ciencia e Innovación, gestionado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), apoya con 70 millones en subvenciones grandes proyectos de I+D empresarial para dar respuesta a desafíos reales de importancia estratégica para nuestro país, proyectos que además deberán tener una participación relevante de organismos y centros de investigación.

Para la elección de las misiones, hemos identificado tanto los desafíos sociales, medioambientales y económicos a los que debemos dar respuesta como las fortalezas del ecosistema innovador español, consultando para ello a actores relevantes del ámbito empresarial e investigador y coordinando los intereses de varios ministerios. La elección de estas misiones y definir el enfoque para cada una de ellas ha sido lo más complicado, por lo que hemos tenido que dejar para futuras ediciones otras muchas buenas líneas de desarrollo tecnológico. El resultado de este proceso son cinco misiones bajo el paraguas transversal de la lucha contra el cambio climático y la sostenibilidad.

La primera de estas misiones es impulsar la descarbonización de la economía para reducir drásticamente la emisión de gases contaminantes, así como la dependencia energética de combustibles fósiles mediante la inversión en I+D en energías renovables y sostenibles. La segunda se centrará en facilitar la evolución y transformación del sector del transporte, con especial atención a aspectos como la movilidad autónoma o la electro-movilidad. La tercera tiene como objetivo impulsar la innovación en el sector agroalimentario para hacer frente a los retos del cambio climático y contribuir a una alimentación saludable y de menor impacto medioambiental. Como cuarta misión se plantea el desarrollo de investigaciones avanzadas en ámbitos industriales capaces de generar mayor competitividad y eficiencia. Y, por último, desarrollar iniciativas de I+D ambiciosas que permitan a la industria tecnológica de la salud contribuir a dar respuesta sostenible a los problemas derivados del envejecimiento, al tiempo que permitan reforzar la posición de liderazgo de la sanidad española. Tenemos claro que en cada misión caben múltiples tecnologías y aproximaciones, por lo que se han definido ámbitos más concretos de mejora en los que los proyectos aprobados deben obtener resultados específicos y medibles. Así, por ejemplo, en la primera misión se plantea el desarrollo de una red energética más eficiente que permita una mejor gestión de los picos de demanda mediante sistemas inteligentes o, en la última, desarrollar métodos diagnósticos orientados a la identificación precoz de enfermedades derivadas de procesos degenerativos propios del envejecimiento, con el fin de retrasar su evolución.

Los trabajos de ciencia e innovación tendrán que incorporar las tendencias, desarrollos y retos científico-técnicos más recientes para hacer frente a los desafíos descritos, todos ellos relevantes para el presente y el futuro de la sociedad española. Se trata de una nueva manera de trabajar, enfocando problemas concretos y conectando distintos sectores y disciplinas para resolverlos de forma más eficiente.

Con este programa y otras iniciativas publicadas en los últimos meses muy ligadas a la innovación basada en conocimiento, nuestro ministerio potencia la actividad del CDTI, que se consolida como el gran organismo español de apoyo y financiación de la I+D, el desarrollo tecnológico y la innovación. Es, además, el representante de los intereses españoles en la mayoría de los programas internacionales de cooperación tecnológica, en los programas espaciales y en los grandes proyectos de instalaciones científicas.

Durante sus más de 40 años de vida, el CDTI ha ido perfeccionando un potente sistema de apoyo a la internacionalización y a la implantación de actividades de I+D en la empresa, aportando tanto el apoyo financiero como el asesoramiento técnico necesario. Un organismo único que cumple el cometido de unir investigación científica y empresa y que, en consecuencia, mantiene una estrecha vinculación con nuestro ministerio, los organismos públicos de investigación o las universidades, que encuentran en el CDTI un socio indispensable para impulsar la transferencia de conocimiento y poder así trasladar a la sociedad las investigaciones que se realizan en centros o institutos de investigación.

Con este programa, nuestro ministerio canaliza el aporte del sistema español de Conocimiento e Innovación al cumplimiento de algunas de las principales prioridades del Gobierno: crecimiento económico sostenible basado en ciencia e innovación y transición ecológica justa, incluyendo el desafío de tecnificar y hacer eficiente el sector agroalimentario en su conjunto. Un país con futuro para nuestros jóvenes solo se puede conseguir apostando decididamente por avances tecnológicos punteros que proporcionen mayor productividad a la economía, y por ende mejor remuneración del trabajo.

Fuente: elpais.com

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