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ILSE MERCADO: La primera hondureña capitán aviador del Airbus 320 y de Jet

Tegucigalpa,Honduras domingo 13 octubre 2019

¿Quién dice que las mujeres no somos capaces de alcanzar el cielo? Si alguno no lo cree, la capitán Ilse Mercado lo saca de su credulidad. A sus 39 años, es capitán y la primera mujer piloto en Honduras, que pilota el avión Airbus 320 y primera capitán de jet. Ambas distinciones son distintas y ella tiene las dos. La carrera de piloto está dominada por exponentes del género masculino, pero Ilse es de las pocas mujeres que desafiaron el sistema, abriéndose paso a fuerza de méritos propios, venciendo también el estigmatismo y el machismo predominante en el área de piloto comercial. Mejor que ella nos cuente.

–¿Cómo inicia su formación de piloto aviador?
Mi mejor amiga me propuso que comenzáramos a viajar y que conociéramos lugares. Entramos de aeromozas.

–¿Dónde fue su primer empleo?
Isleña, Taca la acababa de comprar.

–¿Qué le llamó la atención?
Los aviones, las cabinas y platicando con los pilotos. Fue un amor a primera vista.

–De niña no soñaba con volar un avión?
No, a mi me gustaba la medicina.

–Y ese amor a primera vista, ¿cuándo empezó?
Al terminar el colegio. Me enamoró los aviones, ese sentimiento de volar que uno siente.

–¿Qué siente cuando vuela?
Se siente una emoción, un poco de adrenalina. Es interesante.

–Al día de hoy, ¿cuántas veces ha volado?
Al día de hoy (el día de la entrevista) de San Francisco a San Salvador y de San Salvador a Honduras.

–¿Usted pilota?
Sí.

–¿Qué diferencia hay entre el piloto y el copiloto?
Los dos son pilotos. Uno es capitán y el otro no.

–¿Qué significa ser capitán de Airbus 320?
Que puedo volar un avión de 150 pasajeros, el de 120 y el de 194 pasajeros.

–¿Qué siente llevando a tanta gente?
Una gran responsabilidad y esa es la sensación desde la primera vez que vuela un avión comercial con pasajeros. Ya no es uno solo o uno y el instructor, sino, que, uno siente la sensación de que todo mundo está allí atrás.

–¿Los pasajeros saben que usted es la piloto y que está en la cabina?
Creo que sí.

–¿Qué apuros pasa en la cabina?
¿Apuros?, creo que no. A veces se presentan situaciones de clima y de fallas normales, que son las que estudiamos para ser piloto.

–¿Y cómo supera esos momentos de tensión en el aire?
El entrenamiento. En la formación se da todo. Hemos aprendido de los mejores instructores de vuelo: Gerardo Inestroza, con él empecé en el Aeroclub. Me dijo que aunque nadie me exigiera, que me exigiera yo sola, lo cual me marcó bastante.

–¿Cuándo empezó a volar el Airbus 320?
Tres años después de que empezara a volar como piloto comercial. Empecé de copiloto y estuve siete años.

—Cuando uno aborda el avión se encomienda a Dios, pero, ¿el piloto?
Es una gran responsabilidad, pero uno se siente emocionado porque más que trabajar hace lo que le gusta.

–¿Su vida la pasa volando…?
Ahorita, estuve cinco días fuera.

–¿A qué países vuela?
Perú y todos los destinos de Estados Unidos.

–¿Con quién trabaja?
Avianca.

–¿Cuándo se jubila un piloto?
A los 65.

–¿Qué hay en su bitácora?
Horas de vuelo, desde 1999.

–¿Cuántas lleva?
Siete mil y fracción.

–Cuántas horas acumulará a lo largo de su carrera?
Depende, si me jubilo en el área comercial, uno acumula 700 horas aproximadamente, por año. Y todavía me queda un poco más de 27 años.

–¿Cuántas mujeres como usted hay en la aviación?
Como capitán de Airbus soy la primera en Honduras.

–¿No es frecuente encontrarse en Honduras a mujeres pilotos en la cabina de un avión?
No y en general, en Latinoamérica, tampoco. Es difícil, hay que perseverar mucho.

–Pero, ¿hay mujeres volando en Honduras…?
Sí, hay una en La Ceiba. Hay pocas, pero hay. En general, creo que no se debe ver a la mujer, como mujer, sino como una piloto. Los compañeros son muy cordiales.

–Y cuando se encuentra con los pasajeros, ¿qué le dicen?
A algunos les gusta, a otros no mucho. Usualmente, hay muchas miradas encima.

–¿De confianza…?
De todo un poco.

–Sus insignias…
Son cuatro barras, significa que soy capitán. La primera estrella significa que llevo un año siendo capitán, iré acumulando estrellas en la medida que pase el tiempo. Los laureles significa que soy la capitán de aviación.

–¿A qué ascenderá después?
Instructor de vuelo, instructor en tierra.

–Como piloto, ¿alcanzó el mayor estatus?
Sí, ahora, quizás lo que podría pasar es que pase a un avión más grande.

–¿Qué más hace?
Volamos, nos sometemos a pruebas constantes. Acumulamos horas de vuelo cada vez que levantamos un avión.

–¿Cómo recibieron en su familia la noticia de su profesión?
Mi papá se emocionó mucho, pero mi mamá se preocupó.

–¿Cuando levanta un avión, no cree que ese será su último vuelo?
No, porque estamos entrenados para que pase lo peor. Creo que nadie espera que pase lo peor, pero sí pasa, estamos preparados psicológicamente para enfrentarlo.

–El aterrizaje en Toncontín es la “prueba de fuego” de un piloto…
Como yo empecé a volar aquí en Tegus… es diferente, la aproximaciones es diferente, es complemente visual y uno se va guiando, la iglesia, la laguna…

–Ese aterrizaje en Toncontín lo describen como algo difícil…
Porque tiene que caer donde tiene que caer. La pista no permite ir más allá.

–¿Qué dicen sus niños al tener a una mamá piloto?
Les gusta mucho, pero ellos son la parte triste cuando uno se va a volar, la familia. La niña se siente muy orgullosa y al chiquitín le gusta mucho, tiene sus avioncitos y lo hemos llevado a volar. Mi esposo también es piloto.

–¿Cuál es la parte agridulce de volar?
Tal vez, el mal tiempo. Se navega y se tiene que tener toda la confianza en el avión y en el sistema del avión.

–¿Hay un aeropuerto más difícil que otros?
Son diferentes. La diferencia es que nos tienen más ayudas y el avión prácticamente aterriza solo. En otro, las radioayudas son pobres y uno necesita guiarse visualmente.

–¿Cómo se siente cuando ocurren accidentes en Toncontín?
Es triste, pero los accidentes se dan en todos los aeropuertos.

–¿En cuántos aeropuertos del país ha aterrizado?
En todos. San Pedro tiene más radioayudas y Roatán es muy bonito.

–¿Cuándo fue su primer vuelo sola?
En el 2005, en Tegucigalpa. El instructor se va y le dice a uno: “este pajarito está listo para volar solo”… y él se va de la torre de control. El avión se siente ligero. Lo primero que le dicen a uno es no hable por teléfono y no tome fotos.

–¿El avión pesa?
No. Entre las primeras 20 horas uno tiene que hacer el vuelo solo. La primera vez como piloto comercial llevé alrededor de 30 personas. Fue mi primer vuelo con pasajeros.

–¿Qué mensaje daría a las mujeres?
Motivar a las mujeres porque, a veces, no nos damos cuenta que existen pilotos mujeres; uno se imagina a un capitán hombre, pero no a una mujer.

–¿Recuerda a las figuras públicas “catrachas” que han viajado con usted?
“Pepe” Lobo, Nasralla, “Mel” Zelaya y otros por ahí.

Fuente: La Tribuna

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