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Amor, la clave que da Dora Esperanza Erazo para vivir 100 años

Tegucigalpa, Honduras 18 febrero 2019

***Se casó a los 18 años, tuvo siete hijos, tiene 24 nietos, 25 bisnietos y tres tataranietos
***¿Cómo se mantiene sana? Alimenta su cuerpo y su alma con avena y la palabra de Dios

Por: Carolina Fuentes
Fotos: Henry Carbajal

¿Cómo vivir 100 años? La clave es el amor, asegura Dora Esperanza Erazo de Flores, quien cumplió ayer un siglo de vida, rodeada de sus hijos, nietos y bisnietos, pero también de los imborrables momentos que vivió con el amor de su vida: su esposo, Manuel de Jesús Flores Ramírez, quien falleció hace 27 años, pero a quien conserva vivo en su corazón.

Doña Dora nació en Tegucigalpa, en 1919, y creció con sus siete hermanos en el barrio Los Dolores, junto a sus padres, el químico farmacéutico, Abelardo Erazo Castillo, dueño de una farmacia, y su madre, Santos Jiménez.

Aprendió sus primeras letras en la escuela Francisca Reyes y luego cursó hasta el segundo año de magisterio, en la Escuela Normal de Señoritas, porque “Cupido” flechó su corazón cuando apenas tenía 18 años.

“Lo conocí una vez que fuimos a un rezo, al principio yo no le hacía caso, pero de repente lo que me gustó fue el modo de él, era honrado, sencillo y muy inteligente”.

“La boda fue donde Chabelita Ramírez, pero había muerto mi mamá un año antes, ya no fue una boda grande, pero fue bonita, en la casa; me casé en 1937”, recuerda la anciana, mientras sostiene en su mano algunas fotografías en blanco y negro, en las que se le ve muy feliz junto a su esposo.

Recuerda que tuvo a su primera hija, Norma Idalia, en 1938, y que con los años nacieron sus otros hijos: Miguel Armando, Victor Manuel, fallecido hace 12 años; Gustavo Adolfo, Rosario Verónica y dos niñas más que se le murieron a los pocos meses de vida: Dora y Gladys.

“A todos mis hijos los tuve seguiditos porque en ese tiempo no tomábamos nada de eso”, comenta, al referirse a los anticonceptivos, que apenas ingresaron a Honduras en la década de los años cincuenta.

ESPOSA ENAMORADA

Para la guapa abuela, lo más lindo de la vida es el matrimonio y con un sonrisa expresa: “Imagínese, estuve 54 años casada con mi esposo… Hay que ser atento, arreglarse bonito; ahora las muchachas se casan y andas desarregladas, yo todavía me arreglo, siempre andaba con mi vestido y no andaba en piyama ni en camisón”.

El esposo de doña Dora era diputado del Partido Liberal y ella recuerda que cuando él regresaba a casa, ella siempre lo recibía con un beso.

“Me levantaba, me bañaba, me arreglaba, me pintaba y cuando llegaba mi esposo lo recibía bien y él estaba bien contento conmigo, ese es el consejo que les doy a las que se casan, porque se casan y andan desarregladas, que anden bonitas porque es parte de la felicidad, para que el esposo esté contento con uno, hay que arreglarse y recibir con un beso al esposo”.

Además, aprendió costura al inscribirse en un curso por correspondencia y en su tiempo libre confeccionó lindos vestidos de noche y de novia.

¿Cuál es la clave para ser feliz en la vida? La entrevistada responde: “El amor, no hay que dejarlo, hay que ser prudente. Lo más lindo es el matrimonio; mi esposo murió en el 91, cumplí 54 años de casada, celebramos unas bodas de oro en la iglesia, a él le dio diabetes, en el 91 murió hace 26 años”.

La pérdida de su “alma gemela”, aunque fue dolorosa, logró superarla con sus otros grandes amores: sus cinco hijos, 24 nietos y 25 bisnietos y tres tataranietos, quienes desde ese entonces se dedicaron a mimarla y “me llevaban a pasear a Miami en las vacaciones”.

Como su esposo era miembro del Partido Liberal, doña Dora confiesa que “yo siempre votaba por los liberales, porque mi esposo era liberal, y mi hermano también, Miguel Abelardo, que se fue emigrado a El Salvador, en los tiempos de Carías, lo sacaron, era estudiante de la universidad, él se fue y allá se casó y se hizo abogado.

DELGADA Y SALUDABLE

A sus 100 años, doña Dora se mantiene delgada, puede leer sin lentes, camina auxiliada de un andador y no padece de ninguna enfermedad. Al preguntarle cómo hizo para concebir siete retoños sin quedar con libras de más, cuenta que “siempre fui delgada, mis hermanas eran gordas, hermosas, y yo era chiquita y delgadita, nunca hice dieta, nunca me engordé”.

¿Qué alimentación hay que tener para mantenerse sano? De inmediato, la longeva mujer dice que hay que comer avena, “todos los días como avena, desde antes y sigo tomando avena, y jugo de naranja también, he sido sana”. También disfruta los frijoles fritos, huevos, plátanos, café con pan, entre otros alimentos típicos de los “catrachos”.

Su larga vida, sin embargo, no se la atribuye a ningún tipo de comida, pues la considera una bendición de Dios.

¿Se imaginó usted que llegaría a los 100 años?, se le consulta a la entrevistada, quien afirma que “sí, es bendición de Dios, para ver las maravillas, las bellezas del mundo, todo lo bello, ver mis hijos, mis nietos, mis bisnietos, apoyarlos y disfrutarlos”.

Hace dos años, doña Dora sufrió un infarto, “me quedó la boca un poquito torcida pero de inmediato me llevaron donde el médico y estoy tomando medicina para el cerebro, solo eso. De ahí de todo estoy bien, porque Dios sana, no soy enfermosa”.

FIEL LECTORA DE LA BIBLIA

A la simpática abuela le gusta la música de Pedro Vargas y de Julio Iglesias, además, todos los días lee La Biblia y reza el Santo Rosario a la Virgen María.

“Siempre he leído La Biblia y sigo leyéndola todas las mañanas, yo no dejo de rezar”, asegura.

Con pesar, expresó que todos sus hermanos ya fallecieron, “éramos siete mujeres y dos varones, ya solo quedé yo, pero me han quedado las sobrinas”.

¿Y qué tiene preparado para este cumpleaños número 100? Con entusiasmo, la hondureña relata que sus sobrinos, nietos, bisnietos y tataranietos “vienen de Estados Unidos, otras de Costa Rica, y de El Salvador, esas son hijas de mi hermano. Mañana (ayer) cumplo años, voy a ir a almorzar donde las nietas, vendrán también de Europa, pero me lo van a celebrar hasta el 23, me van a hacer una reunión con toda la familia”.

En estos tiempos en que, de forma errada, hay quienes atribuyen el éxito a lo material, Dora Esperanza Erazo de Flores es un ejemplo de éxito, pues alcanzó lo único que no se compra ni con todo el oro ni dinero del mundo: el amor verdadero y la felicidad, haciendo de Dios su único guía hasta el sol de hoy.

 

Fuente: La Tribuna

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