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Los cortometrajes hondureños más vistos en YouTube

Tegucigalpa, Honduras 27 enero 2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El 14 de febrero de 2015 emergió YouTube, un portal especializado en videos que con los años se convirtió en el más popular en su rubro. Su primer video subido fue el modesto “Me at the zoo”, donde un chico habla de su visita al zoológico junto a unos elefantes.

Desde entonces, millones de usuarios a nivel global han compartido productos audiovisuales de todo tipo, donde los videos musicales del momento acaparan la mayor cantidad de vistas y “likes”.

En nuestro terruño, y específicamente en los cortometrajes hondureños, son dos los que han captado el interés de los internautas.

“Cárceles o tumbas”
Con más de 1.4 millones de vistas desde su publicación el 25 de agosto de 2015, este es un documental de 24 minutos donde se muestran las condiciones de hacinamiento e insalubridad de algunos centros penitenciarios de Honduras, las consecuencias de una mora judicial imparable y la fallida labor de rehabilitación en los reclusorios.

El corto documental fue dirigido por Dassaev Aguilar, quien fue selección oficial en el Festival Internacional de Cortometrajes de EL HERALDO de 2017 y 2018.

Si bien pone en evidencia algunos cabos sueltos de hechos del pasado, como el incendio de la granja penal de Comayagua en 2012, estas revelaciones quedan “saboteadas” por un montaje tendencioso y sesgado donde se quiere retratar a los victimarios como víctimas de un sistema que no les dio las oportunidades para vivir dignamente. Con el fin de apelar a la emotividad se incurrió en algunos excesos como usar como música extradiegética un triste violín en los relatos de las madres que perdieron a familiares presos en incidentes dentro de las cárceles. Además la edición de sonido fue pésima al igual que el balance de blancos en varias escenas en exteriores.

Entonces, ¿por qué es actualmente el cortometraje hondureño más visto en YouTube? Porque los temas de la inseguridad, la violencia y las malas condiciones en el sistema carcelario son comunes en América Latina, y ello se refleja en los comentarios, donde internautas de varios países se enfrascaron en dimes y diretes donde afloraron el odio, la compasión, la burla, el análisis coyuntural, entre otros.

“El guapo y el feo”
Con más de 1.2 millones de visualizaciones desde su publicación el 21 de enero de 2015, este es un corto de seis minutos para, mediante la comedia, generar conciencia entre los jóvenes de que no hay que ensuciar los centros de salud públicos, y en particular el Vicente Fernández, ubicado en Santa Rosa de Copán y única locación de este filme.

Todo acontece en la sala de espera de dicho centro asistencial, vemos en primera fila a dos bellas jovencitas, amigas entre sí, que salen del aburrimiento cuando ven ingresar a un chavo guapo que se ubica cerca de ellas y les empieza a tirar picos y lanzar miradas coquetas.

Al mismo tiempo, otro chavo sentado detrás de ellas, con actitud fachosa, también le lanza ojitos a una de ellas. Las amigas, hablándose al oído, destacan lo atractivo que es el recién llegado y se burlan de la fealdad del que está detrás. Pero cuando notan que el guapo pone el pie sobre la pared y arroja basura en el piso, se desencantan de él ya que tiene malos modales, en cambio, sienten simpatía por el feo cuando lo ven depositando la basura en su lugar.

Con un montaje en el que cada chavo es caracterizado con una melodía, el guapo con el intro de “La isla bonita” de Madonna y el feo con I Will Always Love You, de la banda sonora de “El guardaespaldas”, a medida van mostrando sus modales en los espacios públicos, el guapo se va afeando y el feo se va guapeando a los ojos de ellas, hasta que finalmente el chavo de atrás, ahora bien arreglado, las invita a salir y ellas aceptan encantadas, dejando solo y frustrado al nuevo feo.

Este cortometraje aficionado fue dirigido por Dorian Hernández y con las actuaciones de Jessika Menjívar, Dhassel Pineda, Ronald Menjívar y Kevin Echeverría. Su génesis fue una convocatoria de Fundación CAMO para crear conciencia del cuidado de los centros de salud mediante la producción de cortometrajes sencillos, entendibles para todo tipo de espectadores.

Y por ello su producción amateur, donde el guión expone errores como el acto final, donde se echa de ver que ni las dos chavas ni el chavo de atrás estaban esperando cita para alguna consulta. El montaje de diálogos en posproducción estuvo fatal y las actuaciones fueron de principiante, tal como lo expresaron burlonamente los usuarios en los comentarios.

Coda
Las redes sociales, con cada viralización, nos recuerdan que popularidad rara vez va acompañada de buena calidad. Finalmente, lo que más me intriga no es cuánto tiempo durarán como los más populares de Honduras, sino qué cortos los destronarán.

Fuente: El Heraldo

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