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29.05.2018
La familia de tenistas hondureños Obando Maldonado, hoy en día vive uno de sus mejores momentos, en el que padres e hijos, personajes destacados del deporte en el país y fuera de las fronteras nacionales, han logrado llevar en alto el nombre de Honduras, y definir como pocos; con gran esfuerzo y perseverancia, una historia que aún con derrotas, han dado cada uno lo mejor de sí, para triunfar y forjarse un carácter genuino de vida.
Sin embargo; el éxito deportivo inicialmente no llegó con tino a la familia procreada por Elvin Obando y Raquel Maldonado, su primogénito Alejandro y su segunda hija, Alejandra, incursionaron con apoyo de sus padres, en el fútbol y el ballet respectivamente, pero después de un tiempo; se enteraron que lo que corría por sus venas, era la pasión de seguir los pasos de sus padres en el tenis, y era ahí, donde la victoria les tenía un espacio reservado.
Alejandro con diez años de edad y Alejandra con ocho, ambos iniciaron una misma tarde su destino en el tenis, siempre bajo el abrigo de sus padres, quienes en ese momento, ya participaban en competencias dentro y fuera del país, en busca de formar un mejor futuro para el deporte de Honduras.
En una de esas muchas competencias centroamericanas, Raquel Maldonado, sin saberlo; participó en estado de embarazo, venia en camino, Daniela, su tercera hija, misma que por ese peculiar hecho, toda la familia se regocijaba que era una niña que nacería con raqueta en mano, preparada para ser una gran tenista, y así lo fue, en la actualidad, ella ostenta el título de ser la mejor representante hondureña de ese deporte a nivel mundial.
Alejandro, Alejandra y Daniela, todos haciendo incontables sacrificios para crecer en el deporte, en muchas ocasiones dejando a un lado su vida social, o atendiendo doble jornada en la parte académica y luego en la educativa, lograron hacer una mezcla perfecta de esa duplicidad de funciones, siempre los tres, con la enorme bendición de tener unos padres que aparte de apoyarlos en cada paso que daban, eran sus referentes y entrenadores en el tenis.
Para Alejandro Obando, la unión familiar que les ha otorgado el deporte, es una responsabilidad que como hijo mayor, ha tenido que servir de ejemplo a sus hermanas, siendo él con quien sus padres iniciaron a instruir un competidor del tenis, aprendieron que pasos seguir para formar un gran atleta, con errores y aciertos, pero aun así, tuvo el éxito que a sus 12 años de edad, solo dos años después de haber iniciado su primera práctica como tenista, llegó a ser el jugador número uno a nivel nacional.
“Empecé a jugar a los diez años, al principio no me iba bien, de ahí empecé a ver la luz a los doce años, cuando llego a ser el número uno a nivel nacional y estar entre los mejores ocho a nivel de Centroamérica, ya con 14 años, seguía siendo uno nacional y número uno centroamericano”.
Algunos meses más tarde, Alejandro llegó a formar parte del ranking mundial de jugadores de tenis menores de 18 años, logrando ser el número 448 en la categoría masculina de la Federación Internacional de Tenis (ITF), posicionándose como el segundo mejor de Honduras, pero, el otro mejor ubicado en la prestigiosa lista, vivía y entrenaba fuera del país.
Alejandro además a sus 15 años de edad fue el jugador hondureño más joven en ser seleccionado para representar al país en la Copa Davis, mismo torneo en el que desde este sábado 26 de mayo, participa nuevamente con la selección de Honduras en Costa Rica, para lograr hacer historia en ese evento deportivo.
A la fecha, Alejandro que también tuvo la oportunidad de asistir a los juegos Olímpicos de Beijing, no dejó a un lado sus responsabilidades académicas, y hace un tiempo; logró salir avante de sus estudios universitarios, licenciándose en la carrera de Mercadotecnia y Negocios Internacionales.
Por su parte, Alejandra Obando, también tenista profesional, exteriorizó que “conmigo el proceso fue más lento, me acuerdo que en mi primer nacional quedé en tercer lugar y luego clasifiqué a mi primer centroamericano en El Salvador, que no gané ningún partido, pero seguí trabajando, y luego en la categoría de diez años, ya llegaba más a las finales, y después me pasaron al grupo de priorizados”.
Para cuando Alejandra ya estaba en la categoría de 14 años de edad, logró quedar campeona en tres de los cuatro torneos nacionales de tenis que se realizan cada año. A nivel centroamericano siempre logró figurar en las semifinales, y aunque no tuvo la oportunidad de llegar a una final, hizo su mejor esfuerzo que la llevaría a ser la número dos entre los países de la región.
“No pude jugar muchos torneos ITF porque me gustaba la parte social y educativa, pero pude llegar a ser la 950 del mundo, porque viaja a pocos torneos por la escuela”.
Alejandra, estudia Educación Física en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, y actualmente hace su práctica profesional, como requisito para recibir su título de pregrado, para luego cursar una maestría en Psicología Deportiva.
Para Daniela Obando, siendo la menor en edad de sus hermanos, recibió el apoyo de una vida profesionalizada en el tenis por su familia, lo que la catapultó a destacarse como una de las mejores tenistas hondureñas, no solo en torneos locales, sino internacionales, logrando incluso becarse en una universidad estadounidense para seguir adelante en su carrera deportiva y académica, siempre representando el apellido Obando y el de su patria Honduras.
“Empecé a los cuatro años, jugué mi primer nacional a los ocho, me fue mal, perdí en la primera ronda, pero después tuve la oportunidad de mis primeros centroamericanos a los diez años, lo gané, y he sido campeona centroamericana y nacional, en todas las categorías”, dijo Daniela aHondudiario.com
Daniela ha sido la hondureña, mejor posicionada en el ranking ITF, logrando llegar al puesto 329 del mundo, además en su recién mi primer semestre y temporada en la universidad que realiza sus estudios, terminó como la número seis de la nación de Estados Unidos en dobles y fue premiada como la mejor jugadora de toda la conferencia de esa universidad.
“Estoy estudiando, Ejercicio y Ciencias del Deporte y me quiero especializar en Nutrición Deportiva”, agregó.
La familia Obando Maldonado, asimismo, fundó una academia de tenis en la que muchas niñas, niños, jóvenes y adultos del país, cada día buscan ser mejores personas a través del deporte, institución que también sirve como válvula de escape a los factores asociados a la violencia que se encuentran en los alrededores de la sociedad hondureña.
De igual forma, Raquel Maldonado de Obando, fue seleccionada por la ITF para llevar a cabo el programa JTI, que consiste en llevar el tenis a cualquier escuela de la capital hondureña, sea privada o estatal, con el objetivo de acercar a la niñez del país al deporte y brindarles mejores oportunidades que los aleje de tomar decisiones negativas en su vida.
No obstante, Alejandro Obando señaló que “hay otro programa que se llama tenis de barrio, y esto nace como idea de un grupo de entrenadores”, realizado con el mismo propósito de dar a conocer el deporte en las zonas del país más vulnerables a la violencia.
“Los mejores jugadores que han representado a Honduras y que el tenis los ha sacado adelante, no han sido personas de alta sociedad, el deporte les cambió la vida”, argumentó Alejandro.
Para finalizar, la familia Obando Maldonado hizo énfasis que en el tenis, se gana o se aprende, y ya sea que hayan derrotas o triunfos, el deporte engrandece como atleta y persona, y son esas oportunidades, las que se convierten en bendiciones y más allá, en una vida positiva.
Fuente: hondudiario.com
