19.10.2017
Leni Ramos abrió las puertas de su casa para mostrar los recuerdos más íntimos sobre la carrera que le permitió realizarse.
A sus 79 años sus ojos verdes tienen un brillo que delatan la felicidad y pasión por servir al prójimo. Leni Ramos, única mujer apagafuego con rango de capitán en Honduras, recibió al equipo de diario EL PAÍS en su casa de habitación, para relatar su trayectoria sobre sus servicios durante 36 años en el Cuerpo de Bomberos.
Ramos es originaria de San Pedro Sula y siempre ha vivido en la colonia Fesitranh. En sus años de juventud trabajó en la Sala de Neumonía del Leonardo Martínez. Ahí daba asistencia a personas con tuberculosis. Fue el lugar apropiado para que en ella se despertara la inquietud de dedicarse a ayudar a otras personas.
“Es espontáneo, ya estoy retirada de la institución, pero no puedo dejar de servir. En ocasiones, he ido en bus y cuando ocurre un accidente soy la primera que baja a ayudar, esto me sale de repente, no lo puedo evitar, es el mejor trabajo asistir a otros”, aseguró.
La capitán tiene dos hijos y dice estar orgullosa de ellos, ya que estudiaron en México, donde cursaron estudios universitarios obteniendo cada uno una ingeniería, pero a la vez son bomberos y han prestado servicio durante muchos años.
“Antes los bomberos dormíamos en el suelo o en las cabinas de los vehículos que eran prestados, no teníamos equipo, prácticamente lo hacíamos con las uñas, era solo el deseo de servir y así trabajábamos. Tampoco había tantas reglas como ahora, quizás por las condiciones, ya que a nosotros nos tocaba levantar muertos, los arreglábamos y se los llevábamos a los familiares. Teníamos que tener valor, no llorar con ellos, sino darles palabras de aliento a esas familias que perdían un ser querido”, recordó Ramos.
Entrar a la casa de Ramos es como visitar un santuario. Tiene una variedad de galardones, y las paredes están forradas de cuadros, placas y fotografías. Cada vez que habla sobre sus experiencias, su rostro se ilumina y comienza a memorizar una y otra situación de las que más marcaron su trayectoria.
Aquí con el bombero Isaac Hernández mientras hacían pruebas del equipo contra incendios. La madre de los bomberos se emocionó.
PERSISTENCIA
“El secreto para este tipo de trabajo es el respeto, por ser mujer muchos quisieron irrespetarme, pero no lo permití. En aquel tiempo solo yo era del sexo femenino, por eso cuando me ascendían me causaba sorpresa porque no era fácil. Nunca imaginé que iba a escalar y llegar a capitán, pero creo que fue por mi perseverancia y mucha disciplina, también el deseo de ayudar”, explicó.
Cuando el Huracán Fifí azotó al país en 1974, Ramos dice que eran pocos y tuvieron que organizarse para socorrer a la gente. A ella la enviaron a la colonia Fesitranh para comenzar a evacuar familias desde horas tempranas. “Se me olvidó mi casa, hasta que ya estábamos terminando me acordé que yo era del sector y había dejado a una tía cuidando. Cuando llegué, el agua ya cubría todas las paredes”, expresó.
No solo fue testigo del Fifí. Tuvo que viajar a Nicaragua, lugar donde pasó una Navidad ayudando a muchas familias afectas por un terremoto.
Luego viajó a El Salvador, también a servir a muchas personas que sufrieron daños causados por un movimiento telúrico.
LE HACEN EL SALUDO
La subestación número dos, Capitán Camilo Kafati Simón, ubicada en la colonia Fesitranh, tiene dos voluntarios y seis bomberos permanentes. La estación fue la segunda fundada en la ciudad, pero el actual edificio solo tiene ocho meses de haber sido construido, ya que se necesitaba de nuevas instalaciones.
Leni Ramos ha vivido en ese sector toda su vida, razón por la que pasa pendiente de la estación bomberil de esa zona. En un recorrido por el lugar la madre de los bomberos se mostró emocionada, ya que se vistió con el equipo que utilizaba cuando prestaba servicio en la institución.
“Siento la misma habilidad que cuando lo hacía hace años, estoy impresionada, porque aunque ya no esté en servicio siento esa pasión que tenía hace más de 30 años”, aseguró Ramos muy motivada.
A pesar que tiene problemas de salud en una pierna y una mano, la pasión por el servicio no le impide levantar las herramientas.
El respeto y la admiración que los demás bomberos le tienen a la veterana bomberil es notorio. Solo bastó que ella se acercara a la estación y todos formaron una línea en posición de saludo, luego alzando una mano en la frente demostraron su disciplina.
“Ellos se alegran mucho cuando vengo y el repeto que la institución nos da es para toda la vida”, agregó Ramos.
RECONOCIMIENTO
Recientemente la estación de bomberos de Chamelecón fue inaugurada con el nombre de Leni Ramos. La única mujer capitán en el país es considerada una heroína nacional por su labor de socorro en el año 1974 cuando ocurrió el huracán Fifí. Además viajó a Nicaragua y El Salvador cuando hubo terremotos.
Aunque Leni esté retirada el respeto es evidente al presentarse a la estación. Ella acostumbra a ir para conocer las actividades.
Fuente: elpais.hn