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Rescatan fauna en peligro de extinción en Patuca

04.09.2017

No solo hallazgos arqueológicos de una cultura antigua fueron encontrados a lo largo de los trabajos que se realizan en la construcción de la represa hidroeléctrica de Patuca, en Olancho, sino que también fauna en peligro de extinción que fue reubicada en un nuevo hábitat, informaron los responsables del proyecto en la Unidad Ejecutora de Proyectos de Energía Renovable (UEPER).

Olancho es el departamento que cuenta con más áreas protegidas, no solo por la vida silvestre que se encuentra a lo largo y ancho, sino que por el patrimonio histórico cultural y arqueológico, según informes de Instituto de Conservación Forestal y Vida Silvestre (ICF) y el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH).

Desde el 2009 se realizó el estudio de impacto ambiental, en el cual se identificó la existencia de restos arqueológicos, en el área donde se construiría el embalse en su tercera etapa. Además, la fauna que debía rescatarse para que los animales no murieran al ser inundadas varias zonas de su hábitat, informó el ingeniero Rigoberto Romero Meza, subdirector ambiental de la UEPER.

FAUNA EN PELIGRO  DE EXTINCIÓN

Sobre la fauna, Romero Meza detalló que varias tropas de monos aulladores (Alouttapalliata), fueron rescatadas y antes de su traslado al nuevo hábitat se dio atención veterinaria a unos 40 monos, de parte de un biólogo especialista, Olvin Andino.

Los monos vivían en el área inundable del embalse del Proyecto Hidroeléctrico Patuca III y, desde mediados de julio, fueron trasladados a otra montaña, en Olancho, cumpliendo con los requerimientos establecidos.

Después de ser cazados, los animales recibieron las atenciones veterinarias necesarias para que siguieran viviendo.

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza UICN, los monos aulladores de Honduras se encuentran amenazados por la extinción, siendo categorizados, como: CR (Críticamente Amenazado); EN (En Peligro de extinción); VU (Especie Vulnerable) e incluida en el apéndice I de la Convención Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES).

Los monos aulladores están clasificados en el género alouatta, familia Atelidae (monos del nuevo mundo) y en el orden de los primates, miden entre 56 y 62 centímetros de longitud, sin incluir la cola y su peso que oscila entre 4 y 10 kilogramos; son herbívoros que se alimentan de hojas, flores, semillas y frutas, pero eventualmente pueden comer insectos, huevos o polluelos de aves.

Habitan en bosques tropicales y generalmente no suben por encima de 1,600 metros sobre el nivel del mar. Los pequeños monos adquieren su pelaje a las 12 semanas de edad.

Los monos se encontraban en la zona de El Ocotillal y Lagarto Bravo, diseminados en cuatro tropas o manadas, dos de ellas ubicadas arriba de los 290 metros sobre el nivel del mar, altura hasta donde llegará el espejo de agua de la represa y las otras dos por debajo de dicha cota, lo que hizo necesario reubicarlas a otro lugar fuera de la zona inundable y con condiciones idóneas para su subsistencia.

Las piezas arqueológicas siguen en análisis por parte de expertos para especificar los años que tienen y a qué cultura pertenecían.

La atención que se dio a esta clase de fauna al ser capturada fue el monitoreo de los signos vitales, como temperatura corporal, frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, concentración de oxígeno en la sangre, peso y medición de talla, así como la aplicación de medicamentos: antibióticos, desparasitantes y polivitaminas para garantizar su salud y, finalmente, se transportaron a su nuevo hábitat, ubicado en el cerro El Mogote, municipio de Juticalpa.

En lo que respecta al tema arqueológico,140 montículos fueron excavados para extraer decenas de vasijas, mano de piedras, puntas de aparente hachas de piedra, fragmentos de piedras similares a la de ópalo, obsidiana o vidrio volcánico con la que suelen hacerse collares.

Los trabajos sobre el dato exacto de lo encontrado aún sigue en análisis, por parte de los expertos en arqueología nacionales y extranjeros, dijo Romero Meza, al tiempo de mencionar, que de manera preliminar, se les informó de que las representaciones rondan los 1,300 años Después de Cristo (d.c).

El proyecto también es conocido Hidroeléctrico Piedras Amarillas, está localizado en Olancho, entre los municipios de Catacamas y Patuca, a unos 5 kilómetros, aguas abajo de la confluencia de los ríos Guayape y Guayambre.

El costo total para el levantamiento de la obra es de aproximadamente 350 millones de dólares, fondos provenientes de un crédito con el Industrial and Commercial Bank of China (ICBC). (SA)

Fuente: latribuna.hn

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