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Tegucigalpa, Honduras. 15.05.2017
En Tegucigalpa hay un parque muy querido por todos los capitalinos, el más visitado por los turistas y el único que ofrece una incomparable vista panorámica de la ciudad. Se trata del parque La Leona, uno de los pocos que se mantiene “vivo” con la risa de los niños, los gritos alegres de los jóvenes que juegan basquetbol y la amena conversación de adultos que disfrutan del lugar, sentados en las bancas o contemplando en silencio el horizonte.
Este espacio recreativo, cuyo nombre oficial es parque Manuel Bonilla, fue construido a finales del siglo XIX. Entre los jardines hay una estatua del general Bonilla, sin embargo, hasta el sol de hoy es conocido como La Leona. ¿Por qué?
Según relatos de los primeros pobladores, en el pasado la zona era boscosa y entre los árboles caminaba una leona feroz. Fue así que comenzaron a identificar el barrio como La Leona, en alusión al felino que asustaba en ese sector, y por ende, el parque adoptó el mismo nombre.
El parque Manuel Bonilla posee una estatua del exmandatario, sin embargo, entre los capitalinos este espacio recreativo fue “bautizado” como La Leona.
UN PROYECTO ATRACTIVO
El representante de la asociación de vecinos del barrio La Leona, Jorge Valladares, expresó que actualmente se planifica en la revitalización del parque, con diversas instituciones.
“En el parque La Leona hay un proyecto muy interesante, apoyado por la Fundación Zamorano, que consiste en convertirlo en una especie de jardín botánico”, manifestó Valladares.
Si bien, la infraestructura del parque, en sí, no está dañada, es evidente la falta de grama y más plantas en sus jardines, lo que le daría mayor frescura y atractivo al lugar.
Valladares detalló que el propósito del proyecto es “que se puedan replantar todas las diversas especies, que serían representativas de nuestra flora en ese parque y tener de nuevo ese carácter, primero paisajista, que tiene el parque La Leona, y también su valor histórico”.
Recientemente, los vecinos del barrio La Leona se alarmaron ante el rumor de que algunos árboles serían cortados, por fortuna el lugar continúa intacto.
El parque es uno de los mayores encantos del barrio La Leona, uno de los pocos donde los dueños de casa no han emigrado aún a residenciales en circuito cerrado, como ha ocurrido con el resto de habitantes del centro histórico de Tegucigalpa.
“Soy vecino del barrio, toda mi vida he vivido acá, no pienso abandonarlo por ningún lugar del mundo porque es un barrio único, lo que necesita es inversión pública…”, comentó Valladares.
El entrevistado menciona que la asociación de vecinos trabaja en un proyecto para crear un circuito cultural en la zona de La Leona, pues aparte del parque, el sector cuenta con inmuebles emblemáticos como la Casa Casco, el Castillo Bellucci, la Casa Walther, calles empedradas y una vista espectacular de la ciudad.
“El vecino de acá no se ha ido, no ha migrado todavía, pero obviamente tenemos que trabajar para que no nos gane la inseguridad, para que no nos gane el abandono en el que se encuentran las vías públicas y podamos tener de nuevo un centro histórico qué mostrar”, agregó Valladares.
Así se ve el parque La Leona, desde lo alto, captado con el drone de LA TRIBUNA.
LINDOS, PERO CASI MUERTOS
Tegucigalpa cuenta con otros parques antiguos como La Concordia, edificado en 1883, durante la presidencia de Luis Bográn. Lamentablemente este espacio de diversión sufrió severos daños durante el Huracán Mitch, en 1998, y desde entonces quedó desolado, volviéndose peligroso.
Otro que ha perdido su esplendor es el parque Herrera, construido también bajo la dirección de Augusto Bressani e inaugurado en 1925. En este lugar hay “canillitas”, lustrabotas, vendedoras de golosinas, entre otros trabajadores ambulantes, sin embargo, ya no cumple con la función de esparcimiento para la que se creó.
En los parques de Tegucigalpa lo que sí se mantiene son sus magníficos árboles, tesoros verdes por los que “rugieron” recientemente los vecinos del barrio La Leona, que temían ver su parque “pelón”…
Fuente:latribuna.hn
