El uso constante de teléfonos, computadoras y tabletas se ha convertido en parte esencial de la vida diaria. Sin embargo, este hábito también conlleva riesgos para la salud visual si no se toman precauciones. De acuerdo con especialistas de Verywell Health y Harvard Health Publishing, las molestias más comunes incluyen sequedad, visión borrosa e irritación ocular, síntomas que suelen estar relacionados con la falta de pausas, el brillo excesivo, la mala iluminación y la distancia inadecuada frente a los dispositivos.
Consejos prácticos para cuidar la vista frente a pantallas
Los expertos recomiendan una serie de medidas sencillas para prevenir la fatiga visual digital:
- Aplicar la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mirar un objeto a seis metros durante 20 segundos.
- Variar el enfoque: alternar la vista entre objetos cercanos y lejanos cada 45 minutos.
- Exámenes visuales periódicos: un control anual ayuda a detectar problemas como hipermetropía o astigmatismo.
- Ajustar brillo y posición: mantener la pantalla con un nivel de luz similar al ambiente y sin reflejos.
- Configurar contraste y tamaño del texto para facilitar la lectura.
- Postura adecuada: sentarse erguido y mantener la pantalla a la altura de los ojos.
- Cuidar la distancia: entre 33 y 50 cm para teléfonos, y más de 50 cm para monitores.
- Parpadear con frecuencia para mantener la hidratación ocular.
- Mantener pantallas limpias y revisar periódicamente la graduación de los lentes.
- Mejorar el entorno: asegurar buena iluminación y evitar el flujo directo de aire acondicionado o calefacción.
Si las molestias persisten, los especialistas recomiendan acudir a un oftalmólogo, quien puede indicar lubricantes oculares u otros tratamientos.
El mito de la luz azul
Una de las preocupaciones más difundidas es el impacto de la luz azul de las pantallas. No obstante, según Verywell Health y Harvard Health Publishing, no existen evidencias de que cause daño ocular permanente ni de que esté asociada a enfermedades graves como degeneración macular o cataratas.
El verdadero efecto de la luz azul está vinculado al sueño: la exposición en horas nocturnas puede alterar los ritmos circadianos y reducir la producción de melatonina, dificultando el descanso reparador. Por ello, los expertos sugieren reducir el uso de dispositivos antes de dormir.
Conclusión
El riesgo principal para la salud visual no proviene de la luz azul de los dispositivos, sino del uso prolongado, el poco parpadeo y las condiciones ambientales inadecuadas. Adoptar hábitos preventivos es clave para mantener la vista saludable en un mundo cada vez más digitalizado.