25.10.24
Situada en el corazón del occidente hondureño, Gracias, Lempira, es un testimonio vigente de la herencia colonial y las raíces indígenas. Fundada en el siglo XVI por los conquistadores españoles, es una de las ciudades más antiguas del país y conserva un casco histórico único, superado solo por Choluteca y Comayagua.
El historiador Rubén Darío Paz recuerda que originalmente se llamó Gracias a Dios, sirviendo como un punto equidistante entre Comayagua y la Ciudad de Guatemala. Gracias es conocida también como la «Ciudad de Los Confines,» un título que alude a la Real Audiencia de Los Confines, el máximo tribunal de justicia colonial que se instaló en la ciudad.
Con una rica cultura lenca y mestiza, sus calles empedradas y edificaciones coloniales cuentan la historia de un pasado forjado con la lucha indígena. Cada diciembre, el Guancasco entre Gracias y Mexicapa celebra estas raíces con danzas tradicionales.
Monumentos como la Iglesia de Los Mercedarios, la Catedral de San Marcos, la Fortaleza San Cristóbal y el Parque Nacional Celaque son paradas obligatorias, mientras que sus casas antiguas y calles empedradas invitan a los visitantes a sumergirse en la historia.
El poeta y gestor cultural Salvador Madrid, fundador del Festival Internacional de Poesía Los Confines, destaca la necesidad de proteger la memoria de la ciudad, con su patrimonio cultural tangible e intangible, para fortalecer su oferta turística.
Fuente: Diario Roatán.