23.09.2024
Los cigarrillos electrónicos se han convertido en el principal método de consumo de nicotina entre la población joven en los últimos años. En los aerosoles y líquidos de estos dispositivos se han encontrado algunos metales, lo que representa un importante problema de salud pública.
Andrew Kochvar, investigador del Centro Médico de la Universidad de Nebraska y de la Universidad de Kansas, junto a sus colegas Gary Hao y Hongying Daisy Dai, estudió los biomarcadores de exposición a metales en una muestra representativa de jóvenes.
Se utilizaron datos de 200 adolescentes estadounidenses de entre 13 y 17 años (62,9% mujeres), obtenidos del Estudio de Evaluación de la Población sobre Tabaco y Salud (PATH). Los biomarcadores urinarios de exposición a cadmio, plomo y uranio se evaluaron en función de la frecuencia de vapeo en los últimos 30 días: ocasional (1-5 días), intermitente (6-19 días) y frecuente (≥20 días). Además, se consideró el tipo de sabor (mentol/menta, fruta y dulce).
Entre los 200 participantes, 65 informaron un uso ocasional, 45 intermitente y 81 frecuente. El número promedio de inhalaciones por día aumentó exponencialmente según la frecuencia de vapeo (ocasional: 0,9 inhalaciones, intermitente: 7,9 inhalaciones, frecuente: 27,0 inhalaciones; P=0,001). Tanto los usuarios intermitentes (0,21 ng/mg de creatinina) como los frecuentes (0,20 ng/mg de creatinina) presentaron niveles de plomo en orina más altos que los ocasionales (0,16 ng/mg de creatinina). Además, los usuarios frecuentes también mostraron niveles elevados de uranio en orina en comparación con los ocasionales (0,009 frente a 0,005 ng/mg de creatinina; P= 0,0004). No se encontraron diferencias significativas entre los niveles de cadmio en orina.
En general, el 33% de los adolescentes utilizaba sabores mentolados, el 49,8% frutales y el 15,3% dulces. Aquellos que preferían los sabores dulces tenían niveles más altos de uranio versus los que elegían los mentolados (0,009 frente a 0,005 ng/mg de creatinina, P= 0,02).
En conclusión, el hábito de vapear en los primeros años de vida aumentaría el riesgo de exposición a metales, lo cual podría afectar negativamente el desarrollo del cerebro y los órganos. Las regulaciones sobre esta práctica deberían estar diseñadas para proteger a la población joven contra la adicción y la exposición a metales.
Fuente; Diario Roatán