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El 20 de octubre de 1871, después de haber servido al país dignamente en momentos difíciles, devolvió la presidencia de la República al General José María Medina, el ciudadano don Inocente Rodríguez, nativo de Santa Bárbara, Diputado del Congreso, quien en tal carácter se había hecho cargo del mando provisional.
Ocurrió que el Presidente, General José María Medina, se había visto obligado a hacer entrega provisional del poder para ir a combatir la insurrección que había estallado en Curarén durante la segunda mitad de ese año de 1871.
En esta ocasión el Presidente Medina entregó la presidencia a Inocente Rodríguez el 2 de julio de ese mismo año para recuperarlo, una vez logrados los objetivos de su campaña contra los curarenes, el 20 de octubre de 1871.
Anteriormente, a principios del mismo año de 1871, el Presidente Medina, apoyando las ambiciones presidenciales del Mariscal Santiago González, había hecho la guerra al gobierno salvadoreño del Doctor Francisco Dueñas. Contingentes hondureños al mando directo del propio General José María Medina y de otros jefes de prestigio tales como Andrés Van Severen, Felipe Ochoa, Venancio Pineda, Francisco Lope y otros, invadieron el suelo cuscatleco en una vertiginosa campaña que duró menos de un mes y que después de la brillante acción de Santa Ana derrocó el régimen de Dueñas y estableció el del Mariscal González.
Para poder emprender tal campaña el General Medina depositó la presidencia en el mismo Diputado Inocente Rodríguez el 31 de marzo de 1871 para recibirla de nuevo el 17 de mayo.
Todavía hasta cuando estas cosas ocurrían el Presidente Medina lucía muy bien y afianzado en la silla presidencial.
Sin embargo, con las reservas del caso, se entenderían a finales del año los Presidentes Santiago González y Miguel García Granadas y a mediados de mayo del año siguiente vendrían ambos en armas contra Medina, lo derrocarían y franquearían el paso hacia el solio al Doctor Celeo Arias.
En el ámbito centroamericano el Presidente que ha confiado en amigos y ha creído en palabras ha anochecido en el mando y ha visto despuntar la aurora en las durezas de la llanura.
Fuente: Efemérides Nacionales (VíctorCáceres Lara)
