Tegucigalpa.16.09.2023
Hombres y mujeres que buscan el sustento diario entre la economía informal, madrugaron ayer para generar ingresos y satisfacer el estómago de los capitalinos con la venta de exquisitos platos de comida, característicos de la gastronomía hondureña.
Pupusas, baleadas, carne asada y refrescos, fueron parte de los platillos que muchos pudieron disfrutar en el puesto de Karla Alemán, quien aseguró que este año le fue mejor en comparación al 2022, pese al incremento de la inflación.
“Hemos tenido que subirle a los precios, debido a que todo está más caro, pero las ventas han estado buenas. Mucho mejor que el año anterior”, señaló la joven comerciante.
A lo largo del desfile que se desarrolló en el bulevar Suyapa, hasta llegar al estadio Nacional “Chelato” Uclés, decenas de hondureños aprovecharon para vender también banderas, trompetas, refrescos, agua, helados y frutas de la temporada.
No faltaron platos de yuca con costo de 20, 30 y 50 lempiras. Vendedores trataron de dar precios accesibles a sus clientes, sin dejar ir sus ganancias. Pero todos buscan sacar un provecho de lo que podrían genera los desfiles, incluso muchos recolectores de plástico, llenaron bolsas y sacos de botellas para venderlas en puestos de reciclaje.
El sol arropó la capital, pero eso no importó a los catrachos que se volcaron con fervor a los desfiles. Ese clima fue aprovechado por comerciantes que ofrecieron sus sombreros, algunos muy discreto y otros un tanto más llamativos.
El pequeño Kevin relató que vive en los alrededores del estadio y no perdió esa oportunidad de ayudar al sustento de la familia para vender charras y sombreros desde cien lempiras, que para muchos fue un precio “cómodo”.
“Están baratos tita, lleve, cuídese, el sol está fuerte. Mire bonitos estilos y precios”, eran parte de las palabras que el pequeño Kevin utilizaba para atraer a sus clientes. “Las ventas están buenas hay que aprovechar que la gente está buscando protegerse del sol”, concluyó.
En ese contexto, el 202 aniversario de independencia permitió un buen respiro para la economía de microempresarios y familias que en esta fecha se movilizan para hacerse de unos “lempiritas”.