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Tegucigalpa.16.09.2023
Sin escatimar esfuerzos de ninguna índole, estudiantes, padres de familia y maestros festejaron el 202 cumpleaños de la patria, alentados por un público estoico que soportó una larguísima y calurosa jornada.
Los actos protocolarios comenzaron a las 6:00 de la mañana, con los tradicionales siete cañonazos militares en el Cerro “Juana Laínez” y la Presidenta, Xiomara Castro, dando el grito de independencia frente a la estatua del general Francisco Morazán, en el parque central de Tegucigalpa.
La mandataria llegó a la principal plaza pública de la ciudad cuando apenas salía el sol y se aglomeraban algunos transeúntes.
Salió de su carro bajo fuertes medidas de seguridad y cruzó frente a la Catedral Metropolitana sobre una larga alfombra roja hasta colocarse al pie de la estatua del héroe.
¡VIVA LA REPÚBLICA!
Tras escuchar la lectura del acta de independencia de parte del alcalde capitalino, Jorge Aldana, le colocó un arreglo floral al prócer y tomando el micrófono gritó: “Viva la República, viva la independencia”.
Le acompañaban en este acto, el presidente del Congreso, Luis Redondo; la titular de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Rebeca Raquel; su hijo, Héctor Manuel Zelaya; su sobrino y ministro de Defensa, José Manuel Zelaya y varios funcionarios de su gobierno.
Al finalizar, se retiró de la misma manera que llegó rumbo al estadio Nacional para presenciar los desfiles de los colegios capitalinos el resto de la jornada.
A esa misma hora, los colegios “calentaban motores” para comenzar el desfile en el bulevar Suyapa.
Otra marcha, a cargo del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), el brazo político del partido de gobierno, Libre, hacía lo mismo, en el bulevar Morazán, guiados por su coordinador general, el expresidente Manuel Zelaya, esposo de la Presidenta Castro.
El público, por su parte, comenzaba a entrar al coloso metropolitano y se apostaba en familias enteras, a lo largo del bulevar Suyapa, con carpas, sillas y grandes sombreros para protegerse del inclemente astro rey, esperando el inicio de la fiesta cívica.
AMOS DEL DESFILE
Dado el pitazo inicial, los estudiantes comenzaron a desplegar toda su explosión cultural y artística, con sus impecables vestimentas, cuadros de cadetes, bandas de guerra, carrozas temáticas y las indiscutibles consentidas del público, las bellas pomponeras y palillonas.
Meses de preparación quedaron reflejados a lo largo del pavimento candente por donde desfilaron, gracias al esfuerzo de los maestros y los padres de familia que además de costearles sus espectaculares atuendos, los acompañaron de principio a fin.
Convertidos en amos y señores del desfile, los estudiantes se desplazaron en medio de sonoros aplausos de miles de capitalinos, para quienes el desfile no solo es sinónimo de patriotismo, sino también, un momento de distracción en una ciudad carente de espacios de diversión y llena de problemas cotidianos, como el altísimo costo de la vida que azota en estos momentos al país.
Este año, los 80 colegios participantes fueron agrupados en cuatro bloques con mensajes distintivos cada uno relacionado a la familia, la conservación del medio ambiente, los valores cívicos y morales.
Con un público desbordado en las afueras, dentro del estadio la situación era delirante cada vez que asomaba el colegio favorito.
El Central, que tradicionalmente marchaba de último, desfiló en el lugar 13 poniendo a prueba nuevamente al público en su condición del más popular del país.
Solo fueron superados en aplausos por el cuadro de 15 paracaidistas que cayeron correctamente en el recién estrenado engramillado millonario.
No fueron recibidos de la misma manera, el FNRP y el expresidente Zelaya, a bordo de un Jeep blanco, quienes salieron del estadio en medio del abucheo de parte del soberano.
CAOS Y ABURRIMIENTO
A las 12:00 meridiano la mandataria volvió a tomar los micrófonos para dirigirse a la nación desde el palco del estadio.
En su discurso, dijo que los ideales de los próceres siguen “hoy, 202 años después, amenazados por los mismos conservadores que anteponen sus mezquinos intereses para impedir los cambios” del país.
Pasado el mediodía, el público comenzó a abandonar el recinto deportivo, presa de la insolación y el lentísimo paso entre uno y otro colegio, al punto que casi a las 5:00 de la tarde, todavía faltaban muchos. Una locura de los organizadores.
Por lo demás, el evento transcurrió sin incidentes, favorecido por el nutrido despliegue de policías y militares en los alrededores. La misma tranquilidad se reportó en las principales ciudades del país, donde de forma simultánea se honraba a la patria.(EG)
