Unity, el popularísimo motor gráfico multiplataforma desarrollado por Unity Technologies, lleva dando soporte a múltiples videojuegos en todos los formatos desde 2005. Su accesibilidad y versátiles aplicaciones lo han convertido en imprescindible para programadores novatos y habitual dentro de la zona indie de la industria, además de ser una parada imprescindible a la hora de portar un juego a consolas. Ahora, sus propietarios quieren cobrar por su uso de manera mucho más estricta de lo que se ha hecho hasta ahora.
Desde 2016, Unity pasó a un modelo de suscripción, con opciones gratuita (para uso personal o empresas pequeñas que generan menos de 100.000 dólares anuales, cantidad que posteriormente pasó a 200.00) y de pago (basado en lo que ingresan los juegos que usan el motor). Hubo un primer paso hacia el cobro más generalizado en junio de 2021, cuando se empezó a exigir a desarrolladores de consola que poseyeran una licencia de pago. Fabricantes como Sony o Nintendo incluían la licencia como parte de sus kits de desarrollo.
Pero ahora, Unity anuncia cambios que se harán efectivos a partir de enero. La licencia a pagar dependerá del número de juegos instalados que usen el motor, tal y como ha explicado la empresa en un post de su blog. Es un sistema que han denominado Runtime Fee, y que hace referencia a Runtime, el programa que acompaña a la instalación de cualquier juego programado con Unity, y que permite hacer funcionar el motor gráfico. Este plan se basará en la necesidad de un número mínimo de ingresos y de instalaciones.
Las tarifas serán las siguientes: a aquellos que usen el plan gratuito de Unity (Unity Plus desaparecerá para simplificar las tarifas) se les cobrará 0,20 dólares por instalación una vez se hayan superado los 200.000 dólares de ingresos en los últimos 12 meses, y se hayan superado las 200.000 copias en total. Para los dos planes siguientes, ambos de pago, la tarifa pasa, para el millón de dólares en el último año y el millón de descargas totales, entre 0,15 dólares y 0,01 dólares dependiendo del número de instalaciones. En este cuadro están todas las tarifas:
Algunas reacciones
Según la compañía, obligar a los estudios a alcanzar ambas marcas antes de exigir el pago de la tasa garantizará que sólo se cobre a los que alcancen un «éxito significativo». Sin embargo, la medida ha sido muy criticada, para empezar por su falta de concreción (cómo se calculará y cobrará). Y para seguir, por si afectará a juegos especiales, como los benéficos que vienen en bundles, las demos y los juegos freemium, o si un juego con Unity incluido en un sistema equivale a una instalación.
Medios como Game Developer ya hablan de «La muerte de Unity»: señalan a su CEO, John Riccitiello, como responsable de la errática trayectoria de la empresa en los últimos tiempos, que no solo descuida el producto sin arreglar sus problemas, sino que está conduciendo a la empresa a prácticas sospechosas de «monopolistas y anticompetitivas». A todo ello se suma la sospechosa decisión del directivo, hace solo seis días, de vender 2.000 acciones de la empresa, como parte de un total de 50.610 acciones vendidas en el último año.
Numerosos desarrolladores se han manifestado a través de las redes sociales en contra del cambio. Massive Monster, responsables de Cult of the Lamb, avisan de que si Unity persiste en su decisión, habrá significativos retrasos en sus juegos, que dejarán de usar el motor. Aggro Crab, programadores de Another Crab’s Treasure, ponen otro tema sobre la mesa, y quizás crucial: cómo Unity se va a beneficiar de las potenciales descargas, que se cuentan por millones, si un juego está en plataformas como Game Pass y tiene éxito.
Huenry Hueffman llega al extremo de pedir que si alguien compra o descarga la demo de Paper Trail, que no instalen el juego de Newfangled Games o corren riesgo de caer en la bancarrota. Unreal ha aprovechado, por su parte, para recordar las condiciones mucho más beneficiosas de su motor (no cuentan ganancias de la Epic Game Store, y los beneficios cuentan por título, no por instalación).