Por cuarta vez en poco más de dos años, un cohete chino está a punto de aterrizar de forma descontrolada en la Tierra. Los expertos hacen un llamamiento a la calma de la población, asegurando que, por probabilidad, debería caer en zonas deshabitadas. Sin embargo, también muestran su descontento por lo que parece un gran desinterés por parte de la Administración Nacional del Espacio China.
Y es que, al contrario que otros cohetes, en los que se controla el lugar de su reentrada o incluso se reciclan, los Long March 5B se dejan a su suerte después de liberar su carga útil. En esta ocasión, dicha carga ha sido la tercera fase de la agencia espacial china, Tiangong, que se lanzó con éxito el lunes pasado.
Ahora, lo que queda del cohete chino, con 23 toneladas de masa y el tamaño de un edificio de 10 pisos, se dispone a volver a la Tierra. Buena parte se desintegrará a su paso por la atmósfera. Sin embargo, según han explicado a Insider expertos de la Corporación Aeroespacial, entre el 20% y el 40% de su masa podría sobrevivir a la caída.
El nuevo destino incierto de un cohete chino
En 2020, los restos de otro cohete chino cayeron en una zona habitada de Costa de Marfil, dañando algunos edificios. Más tarde, en 2021, otro aterrizó en el océano Índico, cerca de las Maldivas. Además, este mismo 2022, en julio, lo que quedaba de un Long March 5B tocó Tierra con fragmentos en Malasia e Indonesia. Y también en el océano, cerca de Filipinas.
En esta ocasión, como entonces, no se sabe con exactitud aún dónde caerán los restos. El lugar se conocerá con más exactitud a medida que se acerque el aterrizaje, que probablemente tendrá lugar este fin de semana. No obstante, de momento la región probable de aterrizaje es tan extensa que incluye el 88% de la población mundial. Afortunadamente, dicha población está concentrada en muy pocas zonas, por lo que posiblemente caería en el océano o en zonas terrestres deshabitadas. Ahora bien, la situación está generando muchas tensiones, ya no solo con China. También con cualquier otra agencia espacial que pueda dejar basura espacial vagando en el espacio.
Y es que, según un estudio publicado este mismo año en Nature, en solo 10 años habrá un 10% de probabilidad de que un fragmento de basura espacial pueda caer sobre alguien. No solo se trata de algún cohete chino. Podrían ser restos de satélites u otros vehículos desorbitados cuya reentrada no se controle. Dicho control es muy caro, por lo que, según se explicaba en aquel estudio, sería mucho más rentable para las agencias pagar una indemnización en el caso poco probable de que alcanzara a algún ser humano.
Esperemos que ese no sea el caso este fin de semana. A medida que se conozca mejor el lugar de aterrizaje, se podrían tomar medidas si se trata de una zona densamente poblada. No obstante, lo esperable es que no sea necesario. Como siempre, es necesaria la alerta, pero sin caer en el pánico.
Fuente: hipertextual.com