Al haber microgravedad, “los astronautas ‘no tienen peso’ y pueden dormir en cualquier orientación”, indica la NASA. “Sin embargo, tienen que sujetarse para no flotar y chocar contra algo”.
También poseen una almohada, una lámpara, una salida de aire, una computadora portátil personal y un lugar para los objetos personales, como lo muestra la NASA en el video de arriba.
El que no quiera dormir dentro de su compartimiento puede asegurar el saco de dormir al suelo, al techo o a otra pared.
Cada saco de dormir posee un cojín rígido para ejercer presión en la espalda.
El ruido de la estación, otro desafío para los astronautas en el espacio
Aunque cada astronauta tiene asignadas ocho horas para dormir, lo usual es que con seis ya estén descansados. Según la Agencia Espacial Canadiense, algunos especialistas consideran que el cuerpo se cansa menos rápido en la ingravidez, ya que los músculos no tienen que trabajar tanto como en la Tierra.
Lo más incómodo para muchos no es dormir flotando, sino el ruido que produce la estación espacial. Al permanecer encendida siempre, la falta de silencio puede afectar a los tripulantes. Por eso, varios utilizan tapones para los oídos mientras duermen.
Otra curiosidad es que el patrón de sueño se ve afectado por el amanecer que pueden observar cada 90 minutos. Mientras la Estación Espacial Internacional orbita la Tierra, los astronautas pueden ver 16 amaneceres y atardeceres cada 24 horas.
Para guiarse y trabajar, la tripulación usa la hora del meridiano de Greenwich, por lo que los centros de control en Houston y Moscú deben atenerse a mantenerse alertas a horas poco usuales de labor en sus lugares.
Fuente: fayerwayer.com