Cuando los benchmarks empezaron a salir a la luz las bases de la informática se tambalearon. No era normal que unos chips ARM de segunda generación dieran tan buen resultado. Incluso cuando se comparaban con los procesadores x86 más potentes del mercado.

Esto hizo que muchos aventuraran que Apple terminaría su relación con Intel porque ya no era un socio necesario. Cuanto menos externalizaran mayores serían los beneficios de la compañía.

Ahora, gracias a unos rumores que acaban de surgir, sabemos que en la compañía de la manzana no piensan abandonar la arquitectura Intel. Al menos no en su gama de ordenadores más potentes.

Según MacRumors, el próximo (y posiblemente último) Mac Pro basado en Intel contará con el procesador Xeon Scalable de Intel. Y, además de este, también lanzarán un Mac Pro pero con un chip ARM propio más potente que el visto en los MacBook Pro de 2021.

Aunque la diferencia entre los MacBook Pros de 2021 y el Mac Pro de 2019 es evidente (hasta 3 veces más potencia) el hecho de los Mac Pro estén dirigidos al mundo profesional es, precisamente, la razón por la que Apple continuará con Intel durante un tiempo más.

Y no es por un tema de potencia, en este apartado Apple ha hecho un gran trabajo con sus M1 Max y M1 Pro, sino que todo responde a una cuestión compatibilidad.

El problema surge del hecho de que los Mac basados en Intel funcionan con una arquitectura diferente a los equipados con un chip de Apple.

Para garantizar que las aplicaciones creadas para los ordenadores Intel funcionen bien en los Mac basados en Apple, Apple utiliza Rosetta, el cual es esencialmente un emulador que Apple diseñó para apoyar la transición de los procesadores Intel a los propios de Apple.

Según Apple, si la aplicación sólo es compatible con Intel, MacOS lanza automáticamente Rosetta en segundo plano y traduce la aplicación para poder ejecutarla en el silicio de Apple.

La empresa señala que no se trata de una solución permanente y que todavía espera que los desarrolladores optimicen su software para prepararse para el momento en que la cooperación de Apple con Intel llegue a su fin.

Así que, en resumen, a Intel aún le queda una última bala para convencer a Apple de que no abandonen una colaboración que lleva viva más de 20 años.ç

Fuente: computerhoy