La llegada del nuevo rover reunió ayer a amantes de la ciencia y la exploración espacial de todo el entorno a internet. Todos quería celebrar este momento histórico.
«Touchdown confirmed» se oía en la sala de control de la NASA, frase que hacía saltar de alegría a los que allí se encontraban, junto con el resto de implicados en este proyecto. Choques de mano en vez de abrazos en la era del COVID y muchos aplausos en Estados Unidos, Francia, Italia e, incluso España.
En un año donde la población mundial se ha visto sacudida por grandes catástrofes medioambientales, una pandemia y conflictos políticos, este éxito es una oleada de esperanza. Una demostración del poder de la ciencia y la colaboración entre naciones.
Para la NASA, la llegada de un nuevo rover a Marte (ya tiene cinco en el planeta) es una nueva oportunidad para afianzar su posición de liderazgo frente a otras potencias que se han sumado con fuerza a la carrera espacial. También es una nueva oportunidad de encontrar restos de vida en el planeta con instrumentos más avanzados y preparar el camino para una futura colonización del planeta.
El logro se celebraba en redes sociales con felicitaciones por parte de aficionados y cargos públicos. El momento se seguía en internet y en televisiones en directo, quizás no con la misma expectación que la llegada del hombre a la Luna (ahora tenemos más canales para ver en la televisión), pero sabiendo que era una misión importante.
Prueba de ese interés masivo fueron las casi 11 millones de peticiones que recibió la NASA ante la iniciativa «Envía tu nombre a Marte». La campaña permitía que cualquier usuario enviara su nombre y apellidos de manera gratuita, para que el rover luego lo llevará en una tarjeta al planeta, en total la agencia espacial estadounidense recibió 10.932.295 peticiones.
Por supuesto, el entusiasmo no es compartido con todos. El propio Bill Gates, firme defensor de la ciencia y los avances científicos, comentaba unas horas antes su preferencia por otros proyectos científicos destinados a la Tierra y no al espacio. «No soy el tipo de persona interesada en Marte. Conozco a mucha gente interesada en Marte«, dijo. «No creo que los cohetes espaciales sean la solución, pero quizás me estoy perdiendo algo» explicó.
Esta postura no es única del cofundador de Microsoft, son muchas las personas que consideran que la inversión económica y de recursos que se destina a la exploración espacial sería más útil si se destinará a resolver los problemas de la Tierra.