Los coches voladores, tras años de desarrollo, comienzan a ofrecernos modelos finales. Hace apenas unos días nos sorprendió un vídeo del AirCar, que ya despega y vuela. Pero un cosa es que el coche vuele, y otra muy distinta que obtenga los permisos para rodar en carretera y circular por los cielos.

La mayoría de los coches voladores que estamos viendo, nunca llegarán a los usuarios. Es imposible que sean aprobados por su forma, método de funcionamiento o seguridad.

Por eso la compañía holandesa PAL-V, cuando comenzó a trabajar en su coche volador hace casi 20 años, enfocó el tema de forma diferente. No iba a crear un coche volador futurista, un dron para personas, que posiblemente nunca sería aprobado. Iba a crear un vehículo volador que se ajustase a las normas de circulación y de aviación, con el objetivo de ponerlo a la venta en 2021. Y está a punto de conseguirlo… Aquí puedes verlo en vídeo:

PAL-V Liberty quizá no sea el coche volador con un diseño más futurista. O el más espectacular. Ni siquiera es eléctrico. Pero ya tiene matrícula para circular por carretera, superando todas las pruebas de ergonomía, seguridad, y gases.

Y también está a punto de superar el exigente permiso de vuelo de la EASA, que exige 1.200 test y un examen de 150 horas de vuelo. Un proceso que lleva 5 años, y que esperan terminar en 2022. Son pruebas muy exigentes, necesarias porque nadie quiere que le caiga un coche volador en la cabeza…

Si todo va bien, el PAL-V Liberty podrá circular por carretera y volar por los cielos a finales de 2022 o principios de 2023, convirtiéndose en el primer coche volador a la venta. Y ya lo puedes comprar, por un precio que ronda los 300.000 euros. Relativamente asequible, comparado con los millones de euros que cuestan otros coches voladores.

Como hemos visto en el vídeo, PAL-V Liberty es una mezcla de coche y autogiro o girocóptero. Las alas y la cola se pliegan cuando está en tierra, permitiendo que la cabina se transforme en un coche.

Su principal hándicap es que funciona con combustible, así que contamina y hace ruido. Pero a cambio tiene más autonomía.

En carretera acelera de 0 a 100 Km/h en 9 segundos y corre a una velocidad máxima de 160 Km/h. Gracias a su depósito de gasolina de 100 litros tiene una autonomía de 1.315 Km.

Desplegar las alas apenas cuesta 2 minutos. Para despegar necesita una pista de 330 metros, así que no puede hacerlo desde cualquier sitio, como un dron. En vuelo alcanza los 180 Km/h, puede ascender hasta los 3.500 metros y tiene una autonomía de 500 Km. Para aterrizar necesita una pista de 30 metros.

No es un coche volador para todo el mundo, pero sí puede ser útil para empresas con pistas de despegue privadas o para entregas de mercancías y transporte privado.