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Hondureños enfrentan pandemia entre los que se protegen y los indiferentes

Tegucigalpa, Honduras viernes 01 mayo 2020

Muchos hondureños cumplen con las medidas de seguridad para no contraer el coronavirus al momento de comprar en supermercados, ferreterías, farmacias o ir al banco, lo que contrasta con la indiferencia de otros en mercados populares, donde abundan compradores sin ningún tipo de protección.

La mayoría de clientes prefiere ir a los supermercados, farmacias, ferreterías y bancos, antes del mediodía, lo que provoca largas filas, por lo general bajo un inclemente sol, o en un ambiente denso y gris por una capa de humo que cubre el cielo de Tegucigalpa, en estos días, a causa de incendios forestales.

En estos negocios, EFE ha podido constatar en varias ocasiones que todo va en orden, desde el ingreso a sus predios, donde los clientes tienen que mostrar su carné de identidad o pasaporte a un guardia de seguridad para verificar el último dígito del documento.

COMPRAS UNA VEZ POR SEMANA

Ir de compras solamente se puede hacer una vez por semana, de lunes, cuando tienen autorización los que su documento personal finaliza en 1 y 2, a viernes, con los que terminan en 9 y 0. El sábado y domingo nadie sale para que rija el toque de queda ordenado desde a mediados de marzo.

En las filas para ingresar a los establecimientos, los clientes respetan las líneas marcadas, de un metro y medio de distancia, para evitar contacto físico y, antes de entrar a los mismos deben cumplir con desinfectar sus zapatos en depósitos con soluciones de alcohol o mediante una fumigación.

Además, deben limpiarse las manos con gel, en clientes que por lo general las llevan protegidas con guantes, y una mascarilla para cubrirse la boca, que es obligatoria.

En los supermercados, por lo general, un audio está repitiendo sin cesar mensajes a los clientes recordándoles que tienen 20 minutos para hacer sus compras, con el objetivo de que también puedan hacer lo mismo muchos que esperan afuera.

El mecanismo es similar para acceder a los bancos, con la diferencia que éstos instalan sillas en las afueras para que los clientes que van a caja u otro trámite, se sienten, mientras que los que van a un cajero automático van en otra fila.

RECLAMOS DE ADULTOS MAYORES

Las quejas no faltan entre personas de la tercera edad, para las que bancos y supermercados tienen fijado un horario de las 07:00 a las 09:00 (de las 13:00 a las 15:00 GMT), lo que consideran es muy poco tiempo porque a veces tienen que ir a ambos sitios.

«Qué puedo hacer si para venir al supermercado tuve que ir primero al banco a retirar dinero y perdí más de una hora, y ahora que vengo me dicen que mi hora ya pasó», dijo a EFE Fabiola Domínguez, una maestra jubilada de 70 años.

Domínguez explicó que ella tiene que ir primero al banco porque no cuenta con una tarjeta de crédito, ni de débito.

Un reclamo similar hizo en un banco Oscar Díaz, quien llegó a un banco hacia las 10:30 horas, cuando ya había concluido el tiempo para los de la tercera edad.

«Esta es una discriminación para la gente mayor, deberíamos venir a cualquier hora, como lo hacen los demás clientes», indicó Díaz a EFE, quien llegaba al banco «a pagar una tarjeta de crédito» justo hoy, que era su último día para hacerlo.

En otro extremo de la capital hondureña, los formalismos o medidas para no contagiarse con coronavirus, se cumplen a medias.

Son muchos los que van y vienen, al menos sin mascarillas, aunque otros si llevan un tapa boca, guantes y un pequeño frasco de gel.

«Yo no me pongo mascarillas porque no hay o están muy caras y el poco dinero que hago apenas me ajusta para medio comer», indico José Antonio Mendoza, un zapatero que mostró dos bolsas plásticas con «verduras, arroz, fríjoles y manteca».

Mendoza, conversó con EFE en la cabecera de un puente, distante a unos 150 metros del mercado de donde venía de comprar.

En el mismo sitio se detuvo Sofía Ramírez, de 53 años, acompañada de un hijo de quince, que venía de comprar «frutas, verduras, plátanos, espaguetis y dos libras (menos de un kilo) de carne de res y dos de pollo, que nos tienen que ajustar hasta la próxima semana para los tres que somos en la casa», en el Barrio Abajo.

CADA VEZ MAS POBRES PIDIENDO

La situación de los que van a mercados populares y supermercados es de privilegiados, en comparación con los centenares de pobres que están saliendo, cada día más, a pedir en las principales ciudades del país dinero, comida o cualquier otra ayuda.

En Tegucigalpa, la mayoría de los que piden, hombres, mujeres y niños, no todos llevan mascarillas y recorren varios kilómetros clamando por la solidaridad de los que se conducen en vehículos.

Algunos de los pobres se concentran en las entradas a los supermercados o en zonas donde hay semáforos, portando cartones con mensajes como «Tenemos hambre, déme una ayuda», «Por favor déme algo para comer, somos pobres, Dios lo bendiga» y «Ayúdenme para que coman mis tres hijos», entre otros.

El paro que rige en Honduras por el coronavirus, que ya ha dejado más de 60 muertos y cerca de 800 contagiados, ha afectado a todos los sectores, principalmente los más pobres y a los que se dedican a la micro, pequeña y mediana empresa.

Según proyecciones de algunos empresarios, entre marzo y abril se han perdido al menos un millón de puestos de trabajo, entre los que figuran personas que sobreviven con lo que venden a diario, lo que no hacen desde hace un mes y medio.

Fuente: El Pais

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