Tegucigalpa, Honduras sábado 25 abril 2020
El aislamiento social obligatorio en Honduras como medida para no contraer el COVID-19, le ha servido a Alejandro David Espinoza, de 43 años, para «nacer» como escultor en el paredón de un cerro a orillas de un bulevar en el sur de Tegucigalpa, esculpiendo imágenes de la cultura maya.
«Acabo de nacer artísticamente con esto, no es que yo trabajo haciendo esto, es algo que me nació, me gusta hacerlo, quiero compartirlo», indicó Espinoza, quien dejó durante unos minutos sus herramientas, cincel y martillo, para hablar con EFE.
A la gente que se detiene en vehículos, motocicletas o a pie, Espinoza le dice que esculpir algo «es una inspiración que tenía desde niño» y que siempre le ha gustado «el dibujo, el arte».
«Cuando yo dibujaba, decía qué bonito sería hacer un dibujo en este cerro», que se localiza a pocos metros de un centro comercial», expresa Espinoza, provisto de una mascarilla cubriéndole la boca.
Lo que no tenía Espinoza, cuando pensaba en esculpir algo en el paredón que ha escogido, era «el talento de hacer el tallado» en la vía pública, a un costado del bulevar Comunidad Económica Europea.
Pero se dio cuenta de su habilidad, añade, «hasta que me puse, no es algo mágico, sino que es algo que se ha venido dando en el transcurso de mi vida, sin que nadie me haya llevado a esto».
Fuente: El Pais