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Tegucigalpa, Honduras viernes 17 abril 2020
Pese al ‘toque de queda’ decretado para evitar la propagación del COVID-19 en Honduras, miembros de la Asociación Hondureña de Ornitología (ASHO) salieron brevemente de sus casas para dedicar tiempo a la observación y la fotografía de las aves silvestres.
La ASHO consideró que las vías de comunicación están cerradas en Honduras y mucho de sus miembros observaron las aves sin salir de sus casas, desde balcones, jardines o patios, con conteos “estacionarios”, sin violar las restricciones de la cuarentena.
Desde 2017, la ASHO promueve el Honduran Big Day, una iniciativa local de un gran conteo de aves, con el objetivo de motivar a más personas en la observación de aves en el país, dijo su presidente Oliver Komar.
La mayoría de los miembros de la ASHO colaboraron, ‘y sorprendentemente’, los 86 observadores reportaron en la plataforma de eBird Centroamérica 356 especies de aves, que son 46.5% de las especies de Honduras, informó Komar.
El conteo más alto durante el día fue 121 especies, de un observador en Francisco Morazán, que pasó más de 11 horas en el campo observando.
La ASHO está formada por una red de 12 clubes de observación de aves en San Pedro Sula, Gracias, Marcala, La Ceiba, Tegucigalpa, Santa Rosa de Copán, Siguatepeque, Olanchito y la zona de Lago Yojoa.
El Honduran Big Day promueve el aviturismo, pero también los datos colectados contribuyen al conocimiento de la ornitología, vía la base de datos de eBird.
El sábado 11 de abril, pese a que Honduras está en medio de una emergencia nacional, se desarrolló esta actividad porque varias aves comienzan a migrar hacia Norteamérica, por lo que se pueden observar cientos de especies, incluyendo especies residentes como tucanes y loras, y especies migratorias, como golondrinas, gaviotas, garzas y gavilanes.
Fuente: La Tribuna
