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Tegucigalpa, Honduras martes 24 marzo 2020
Los pedidos de productos básicos a domicilio es otra alternativa para abastecerse durante esta crisis sanitaria. El fin de semana, este servicio comenzó a funcionar luego del anuncio del gobierno de alargar hasta el 29 de marzo la cuarentena por el coronavirus, cerrando al público los grandes supermercados y centros de abastos del país.
Frente a esto, las cadenas de supermercados y farmacias pusieron a disposición el servicio de los hondureños especialmente en ciudades como Tegucigalpa, San Pedro Sula, Choluteca y La Ceiba, donde existe un toque de queda absoluto.
Aunque el gobierno autorizó la apertura al público de mercaditos y pulperías en barrios y colonias, muchas familias prefieren estar comprando a domicilio. Se aconseja considerar esta decisión por aspectos de seguridad tanto del producto, la forma de pago y las medidas de protección en general para evitar el contagio del mortal virus.
En Europa, esta medida ha tenido fuertes debates en países como España e Italia donde se cuestiona qué tan ético y seguro es pedir comida a domicilio durante la crisis, considerando que la cuarentena es para protegerse de la pandemia, pero al usar este servicio se expone tanto al mensajero como del cliente.
Para alivio de los consumidores, los expertos europeos aclararon que no existen evidencias que los productos de los supermercados puedan estar contagiados del coronavirus.
En Tegucigalpa, por los momentos, las cadenas de supermercados están vendiendo a domicilio pollo, pescado y lácteos con dos días de entrega, debido a la alta demanda en línea, pero otra compañía dedicada a esto lo hace en menos tiempo cobrando 80 lempiras por el servicio.
Además, la entrega la hacen con las debidas medidas de protección. El mensajero usa mascarillas, guantes y con el equipo respectivo para el cobro con tarjeta de crédito o en efectivo.
Conforme pasan la cuarentena, más empresas se suman para llevar sus productos hasta la puerta de la casa. Al mismo tiempo, las pulperías y mercaditos siguen siendo abastecidos para que la gente de a pie puedan comprar.
Fuente: La Tribuna
