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Tegucigalpa,Honduras domingo 13 octubre 2019
Algunas mujeres en las zonas rurales de Honduras actualmente se dedican a la agricultura y la búsqueda de formas para aumentar su producción y ganancias. Sin embargo, a menudo son marginadas en las relaciones comerciales y tienen un control mínimo sobre el acceso a los factores de producción como tierra e insumos; semillas, fertilizantes, crédito y tecnología.
El Proyecto Mejoramiento Agricultura Sostenible (MAS), financiado por del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), con el programa de Alimentos para el Progreso, está apoyando a las mujeres agricultoras de subsistencia en nueve departamentos de Honduras, mejorando la producción agrícola y la productividad.
El proyecto está motivando a las mujeres agricultoras a aumentar su nivel de vida sembrando cultivos que mejoren los ingresos y la seguridad alimentaria de los hogares. En El Paraíso, la Caja Rural de Ahorro y Crédito (CRAC) llamada “Mujeres Valientes ” fue creada por un grupo de doce mujeres brillantes para apoyar la producción de cultivos básicos y comercialización de frijol y maíz en su comunidad. “Necesitábamos trabajar juntas para mejorar la seguridad económica por el bien de nuestros hijos, nuestros hogares y nuestras comunidades”, dice María Castillo.
Ellas cultivan granos tres veces al año: en la primera y segunda temporada de lluvias en tierras altas, y en la estación seca en las tierras bajas. Los granos básicos a nivel nacional tienen bajos rendimientos. Esto ha afectado a la producción de alimentos, así como también reducen considerablemente sus ingresos. Las causas de estos bajos rendimientos de los cultivos son diversas e incluyen baja fertilidad del suelo, sequía, lluvias erráticas y el uso de semillas de mala calidad.
Reconociendo la necesidad de disponibilidad y almacenamiento de semillas para los pequeños agricultores, el proyecto MAS proporciona entrenamientos en la producción de variedades mejoradas de semillas a través del establecimiento de Bancos de Semilla Comunitarios, como una forma de asegurar la disponibilidad de semillas de calidad para los pequeños agricultores. Se prestó apoyo adicional en el control de calidad, gestión de la empresa y los aspectos comercialización de frijol.
El grupo también fue elegible como organización administradora de un fondo semilla, a través del cual otorgan financiamiento de semilla e inoculante a los productores, y esto les permite tener las semillas de alto rendimiento y calidad a precios más bajos.
Las cosas han empezado a cambiar con la iniciativa del “Fondo de Semillas”, los agricultores de El Jicarito han recibido una gran cantidad de semillas de frijol certificada, producidos localmente a través de los bancos de semilla comunitarios establecidos por el proyecto.
También han tenido acceso al inóculo “Rhizobium” del laboratorio del Centro de Entrenamiento de Desarrollo Agrícola (CEDA), inaugurado en asociación con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG). En términos de productividad, el grupo alcanzó rendimientos de frijol de 16 quintales por manzana (qq/mz), en comparación con el rendimiento promedio inicial de la línea base de 8.6 quintales. Ahora también son capaces de almacenar su cosecha y venderla en el momento adecuado, cuando los precios mejoran y no depender de los intermediarios.
En promedio, el precio del quintal (qq) de los granos que se venden a los intermediarios oscilan entre 500-800 lempiras, pero con la intervención del proyecto, el grupo usa semillas certificadas y ahora es capaz de producir grano de calidad, que se vende en los mercados formales a un precio fijo de 1,000 lempiras por quintal.
“Hemos estado cultivando frijoles juntos desde 2013. Gracias al programa MAS, nos convertimos en empresarias”, dijo María.
Fuente: La Tribuna
