Inicio - Cortés - El Paraíso, valorando su diversidad y alternativas

El Paraíso, valorando su diversidad y alternativas

Tegucigalpa, Honduras lunes 09 septiembre 2019

Al realizar un breve recorrido por el oriental Departamento de El Paraíso, sorprende la belleza escénica de sus fértiles y prolongados valles, sus fuentes hidrográficas, pródigas y verdes montañas. Esté Departamento muestra municipios con niveles aceptables en su desarrollo económico, como Danlí, El Paraíso, Yuscarán, Trojes y Teupasenti. Valiosos esfuerzos en el plano urbano se perciben en Morocelí, Jacaleapa, Potrerillos, San Matías, Oropolí, San Lucas, San Antonio de Flores e incluso Alauca. Sin embargo, se tiene una percepción distinta cuando nos aproximamos a Yauyupe, Texiguat, Vado Ancho, Liure y Soledad, donde la carencia y la degradación ambiental son invariables, de ahí que los flujos migratorios poblacionales sean más acentuados.

La creación del Departamento de El Paraíso, se generó en un marco de inestabilidad política para el país, pues para 1869, a la recia figura de José María Medina, le toco lidiar con una serie de levantamientos armados. Su nombre El Paraíso, más que una advocación bíblica, responde a una propuesta estatal para atraer colonos y ofrecer un espacio de óptimas condiciones naturales, con tierras diversas. No es de extrañar que para los años en que se creó el Departamento de El Paraíso, también surgieron comunidades con nombres ligeramente llenos de esperanza o cordialidad, así encontramos en distintos rumbos del país, nombres como El Porvenir, La Esperanza, Concordia, La Paz y El Progreso entre otros.

Una aproximación toponímica sobre el Departamento, nos muestra una cantidad de nombres, cuyo significado sólo nos recuerdan la presencia de antiguos pobladores, y lejos estamos de comprender dichos significados, tampoco los filólogos han realizado estudios para explicar términos como; Jamastrán, Dipilto, Apalipí, Apalí, Cuyalí, Cuscateca, Gueguen, Güinopito, Yauyupe, Manzaragua, Silisgualagua, Lizapa, Uyanlí Quisgualagua, Pasalaya, Gueguen, Escuapa, Nahuatepe, Cururuji, Guanacalí, Cuyamapa, Aurali y El Pacón, solo por mencionar algunos.

Yuscarán emblemático pueblo minero

La actividad minera situó a Yuscarán, como un referente poblacional desde finales del siglo XVIII. Esta pintoresca población se extiende a los pies del cerro de Montserrat, cuyo nombre nos recuerda a la virgen de Montserrat, de uso tan frecuente entre los habitantes de la región de Cataluña en España.

Yuscarán, al igual que otros centros mineros de origen colonial, presentan un plano irregular, zaguanes, calles empedradas, angostas, encrespadas e inclinadas. No existe una ordenanza de fundación, los centros mineros se organizaron en función de la explotación mineral, de ahí su compleja estructura.

 

Riqueza minera

Fue la actividad minera la que generó un radio de influencia que abarcó a muchas poblaciones, y a la sombra de ese auge se alentó la consolidación de algunas villas, como Danlí, que logró desarrollar un influyente comercio basado en la producción de granos básicos y sus amplios hatos ganaderos.

A pesar de las múltiples enfrentamientos y luchas intestinas que se realizaron en el territorio hondureño durante la segunda mitad del siglo XIX y que marcaron la inestabilidad política, sabemos que Yuscarán no estuvo al margen, pero fue en ese periodo donde su actividad comercial resultó fundamental.

Muchos edificios civiles fueron remodelados y algunas viviendas particulares se hicieron de dos plantas, con amplios corredores y vistosos jardines interiores. Durante esos mismos años experimentaron cambios importantes en materia cultural, tanto que se realizaban veladas con artistas nacionales y de países vecinos, igual sucedió con el nivel educativo, algunos centros de enseñanza básica comenzaron a funcionar. El extinto maestro Mario Felipe Martínez decía “En 1878 se estableció una escuela de niños en casa rentada por los herederos de Pedro Colindres, la cual era administrada por las preceptoras Adelina y Petrona Nolasco. Posteriormente fue trasladada al inmueble donado por Don Mónico Córdoba; dos años después permitió que la municipalidad alentara una Banda municipal, para amenizar las fiestas cívicas”.

Los criollos, dominan el escenario

Quienes controlaron la actividad comercial y minera fueron los descendientes de criollos, entre ellos los Bonilla, Suazo, Rodríguez, Moncada, Maradiaga, Argeñal y Murillo que pronto se vincularon con socios extranjeros. Entre 1882 y 1890, además de los anteriores, se encontraban en Honduras dueños de minas de origen extranjero; Bernahard, Surcher, Imboden, Holding, Picher y Ruphe, de estos últimos se sabe poco.
Las familias más destacadas por su incidencia comercial y política en la región, a lo largo de varias décadas del siglo XIX, fueron los Fortín y los Córdova. Sus contactos con comerciantes europeos, les permitió incluso realizar viajes por Francia y España.

Muestras urbanas-patrimonio cultural

La casa Fortín, ubicada en la calle del comercio, construida con piedra de cantera y adobes, sus propietarios lograron mucha elegancia para su residencia. Todavía se pueden observar un amplio conjunto de balcones, pisos de ladrillos, jardín interior, pozo artesiano, caballeriza y un conjunto de siete murales, todos esto le dan un toque de distinción a una de las pocas residencias con tanta bonanza construida en el siglo XIX, y que aún se conserva. Aquí funciona la Casa de la Cultura, el inmueble fue donado al Estado de Honduras por los descendientes de la familia Fortín.

Una iglesia repleta de historia

Luce un estilo colonial y, aunque no se conoce fecha exacta de su edificación, se considera que fue construida a finales del siglo XVIII. Ya para el año de 1789 es mencionada en un informe por el obispo Fernando Cadiñanos. En la guía histórica sobre la ciudad de Yuscarán, del Instituto de Antropología e Historia, se sustenta lo siguiente; “(…) a pesar de ser una iglesia pequeña y sencilla, el mobiliario y joyería aun existentes son reminiscencia de una época prospera, como se observa en otros centros mineros. El interior de esta iglesia exhibe un retablo de estilo neoclásico y se explica por los frecuentes incendios que los mineros incomodos provocaban a manera de propuestas por las prohibiciones de las autoridades eclesiásticas. El último incendio fatídico se registra el 3 de mayo de 1861. Una serie de imágenes y pinturas sobre lienzo complementan un acervo significativo para el patrimonio cultural hondureño. De lo anterior sobresale las esculturas de cuerpo entero de San Pedro (que ahora luce sin las llaves del cielo, quizás por robo) y una imagen de San Juan atado a la columna. Ambas esculturas, por su calidad artística deberían de estar en un Museo Regional.

Con el ánimo de valorar el trabajo pionero de Oscar Lezama y Don Héctor Ramón Cortés, en su afán de divulgar datos sobre Yuscarán, incluyo el siguiente texto “En el archivo de la Iglesia Católica de Yuscarán existe aún un libro de defunciones que data de 1748, tiempo en que Yuscarán ya estaba bien poblado por esclavos, mulatos, criollos hondureños de otros pueblos y extranjeros de varias nacionalidades. (…) El primer cementerio en la Plaza, cuenta la tradición oral que cuando se descubren los minerales, especialmente las vetas de Iguanos, Tamagás y El Novillo, se empezó a poblar Yuscarán, precisamente en la zona conocida como El Novillo o parte alta de esta ciudad y que el cementerio lo tenían en el sitio que ahora ocupa la plaza central. Y continúan los investigadores locales “Enterrar en los cementerios fue una costumbre promovida por la alta sociedad, Yuscarán no fue la excepción, en su iglesia se encuentran enterrados el niño Mariano Fortín hijo de Don Daniel Fortín que murió en la ciudad de Nueva York, en el jardín está enterrado E. A. Burke un filantrópico minero estadunidense y el cura José Hermógenez Zúniga, entre otros. El 15 de junio de 1880, según lo registra la Gaceta Oficial del 24 de junio del mismo año, se prohíben los entierros en las iglesias, la autoridad que lo permitiera se sometía a un año de prisión en el Castillo de Omoa y los particulares que lo promovieran seis meses de prisión en el mismo presidio.

Legado arquitectónico

A los edificios anteriores se suma una serie de edificios particulares, hay que decir que un decreto del Congreso Nacional, fechado el 14 de marzo de 1979, declaro a Yuscarán “Monumento Nacional”, Vale destacar que esta ciudad únicamente ostenta esta categoría, ya que ni el gobierno central ni las instituciones que velan por la conservación de los bienes nacionales, y ni siquiera los mismos pobladores, se han preocupado por mantener el encanto de antaño. Construcciones como el antiguo Cuartel o Presidio, un edificio de grandes dimensiones, recientemente se derrumbó, ante la indiferencia de propios y extraños. Salvo raras excepciones de validar el legado histórico, el Yuscarán minero se pierde entre la complicidad estatal y la indiferencia de la mayoría de sus habitantes.

Arquitectura luctuosa

Pocos municipios de Honduras, tienen en sus cercanías tres cementerios, Yuscarán es uno de ellos, además del Cementerio municipal que guarda tumbas de más de cien años, se encuentran dos cementerios privados, uno pertenece a la familia Fortín y el otro a la familia Córdova. En los tres casos sería importante documentar estilos arquitectónicos, materiales utilizados y hacer recuentos importantes del origen de los apellidos que allí se encuentran.

 

Yuscarán debe recobrar su vigencia

En los últimos veinte años en Yuscarán en vez de conservar lo que ya se tenía, es más lo que se ha construido al margen de las regulaciones de la ley del Patrimonio cultural. Las antiguas instalaciones del Presidio o Centro penal, se caen en pedazos sin que a nadie le interese. Quedan aún dos cementerios privados, el de los Fortín y el de la familia Córdova, conservados más por el interés de algunos familiares.

A pesar de la enorme incapacidad manifiesta de las autoridades que por muchos años ha tenido Yuscarán, el pueblo conserva, sus calles, zaguanes y avenidas empedradas. Nunca ha habido un interés en hacer de Yuscarán un destino obligado para los estudiantes universitarios de diferentes carreras puedan visitarle, las autoridades han sido incapaces de gestionar a Yuscarán como un destino turístico, aun teniendo importantes edificaciones que no se repiten en el país.

A la fecha no existe una iniciativa que permita convertir la Casa-Fortín en un Museo Regional, es aquí donde la misma sociedad civil debe exigir, plantear, diseñar o recrear un proyecto significativo para Yuscarán. Valiosos aportes se pueden destacar incluso en los alrededores de la población, fuentes de aguas, numerosas bocas minas abandonadas y bosques exuberantes sobre todo en la parte alta de la Reserva Biológica de Monserrat.

Algunas celebraciones

La agenda festiva de Yuscarán se define en dos actividades importantes en el año, el festival del Mango desde inicios de la década de los años 80, con fecha movibles entre (mayo- junio) y las festividades dedicadas a la Inmaculada Concepción en diciembre. En el primero se realizan desfiles con carrozas ataviadas de flores y frutas, algunas incluso les preparan enramadas de mangos y nombran la reina del mango. En la ciudad existe una especie de mango denominado “mango-yuscarán”, dulce, de regular tamaño, de cascara gruesa, que se produce en abundancia en los alrededores del casco urbano y ciertas aldeas.

Ahora las festividades en Yuscarán, desde inicios de los años noventa se le han agregado las “cabezas- gigantes o mojigangas”, que bailan a los sones de marimba o bandas de viento. Se muestra además una amplia gastronomía utilizando el mango y algunos derivados. Recobra notoriedad la alegría y participación de la gente, que bien vale el esfuerzo seguir fomentando dicha actividad. Las fiestas en honor a la Inmaculada a inicios de diciembre recobran interés religioso, pero igual concluyen con carnavales o eventos festivos en el salón comunal.

El Paraíso, importantes logros como ciudad

El casco urbano de este municipio se extiende sobre una amplia planicie donde se percibe una ligera inclinación. Su trazo es casi uniforme, amplias avenidas y calles asfaltadas, que algunas veces se salen de un plano regular.
Su proximidad con la frontera con Nicaragua y en el otro extremo con la ciudad de Danlí, le ha permitido una actividad comercial atractiva. Sus tierras son fértiles y drenadas por importantes raudales lo que ha permitido una ganadería referente, la siembra de granos básicos y una álgida actividad vinculante con el tabaco le generan espacios productivos. En las partes altas aún se observan bosques primarios, dispersos a lo largo de varios ramales de la sierra de Dipilto. En gran parte de las montañas de El Paraíso, se pueden observar extensos cafetales.

Por muchos años esté municipio ha sido referente en la producción de café, es por ello que aun con las crisis periódicas que tienen que enfrentar los productores de dicho grano, en la ciudad de El Paraíso, siempre encontramos más de 40 beneficios. La trascendencia de la producción cafetalera en El Paraíso, ha colocado el nombre de Honduras en eventos internacionales.

Una infraestructura en ascenso

Durante las últimas décadas se observa en la ciudad importantes avances, ya se encuentran mejores condiciones hoteleras, bancarias y de servicio.

Su parque es amplio, remodelado, verde, atractivo y con varios monumentos entre los que destaca el busto en mármol de carrara del reformador Ramón Rosa. Un monumento a la madre y una fuente conmemorativa al “descubrimiento de América”. Resulta atractiva la parcela de café, que nos recuerda el patrimonio del Departamento. La idea de colocar elementos que recreen la producción de un determinado municipio en su plaza o parque central, pocas veces se repite en Honduras. En Teupasenti aún quedan unos arbolitos de café.

Extrañamente la ciudad de Santa Bárbara, no tiene sembradíos de juncos en su parque Central. Sería trascedente para municipios, como El Níspero y Naranjito en Santa Bárbara, que tuvieran al menos una muestra de el árbol que le da el nombre a su municipio.

Con todo y lo que significa Olanchito como ciudad cívica, y que a sus habitantes se le nombra “jamos”, no existen árboles de jamacuaos, en su parque central, tampoco en alguna avenida. En el árbol de jamacuao, es el lugar donde vive el jamo. No esta demás recomendarles a nuestras autoridades que busquen elementos identitarios para cada municipio a escala nacional. Especial mención merecen las autoridades de Macuelizo, en Santa Bárbara, ellos en su parque central sembraron hace años, una serie de árboles de Macuelizo, que durante marzo y abril se visten de gala.

El paraíso; “con esencia de café”, un eslogan atractivo que refleja al municipio

La Casa de la Cultura de El Paraíso, empezó a funcionar desde 1998, y a la fecha ha logrado desarrollar importantes eventos, de algunos nos enteramos gracias a los medios, de otros porque tuvimos oportunidad de exponer o brindar algún conversatorio en sus salones. Este proyecto Cultural es admirable, funciona con presupuestos imaginarios, pero funciona… Sus salas están acondicionadas, se imparten seminarios, talleres, conferencias y hasta tienen espacio una sala de objetos antiguos, entre curiosos aparatos y una recopilación de fotografías fundamentales para recrear la historia del Departamento. Es de considerar que su primer director Carlos Alberto Romero, de generales conocidas y artista connotado, sembró las bases de un magnifico proyecto.
La inventiva en la casa de la Cultura, de El Paraíso no tiene límites, ahí se gesta un movimiento importante donde se fortalece la identidad regional. Sus contribuciones a la juventud pariseña son significativas.

Hace falta en la ciudad de El Paraíso, la puesta en valor de una serie de atractivos turísticos dentro de la ciudad y en sus cercanías, una enorme cantidad de fincas cafetaleras de familias que han venido de generación en generación, bien podrían adecuarse para hoteles de montañas o al menos fincas experimentales, donde podamos compartir las luchas constantes de las familias cafetaleras.

Me consta que, en la ciudad de El Paraíso, el entusiasmo de su gente, abundan profesionales de distintas áreas, sin embargo, sobre el devenir histórico poco se ha investigado con rigurosidad académica. Las publicaciones existentes han sido realizadas más por entusiastas. Hacen falta estudios historiográficos que nos cuente el devenir de una ciudad, la movilidad poblacional, los cambios en su estructura económica y familiar. La llegada de los refugiados nicaragüenses en los años 80, apenas se menciona en informes extranjeros, sin embargo, alteró el patrón familiar local y hasta el medio ambiente.

Hace falta un recuento de la producción cultural de la ciudad, de esos avances y retrocesos tan visibles pero que requieren de registrarlos en medios impresos o audiovisuales.

Fuente: La Tribuna

Más noticias...

A finales de mayo estará listo el hospital temporal de Roatán, anuncia doctor Paul Gale

El Doctor Paul Gale, anunció que el hospital temporal de Roatán estará listo para finales …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: