Tegucigalpa, Honduras lunes 29 abril 2019
***La pequeña pero valiosa montaña refugia una biodiversidad de plantas y animales en peligro extinción y además alberga a la “Rana Lenca”, una especie hondureña única en el planeta Tierra.
Los óptimos niveles de conservación de los bosques, en la Reserva Biológica de Uyuca (RBU), convirtieron el emblemático refugio para la vida silvestre, en Francisco Morazán, en un sitio de interés mundial en 2018, después del reporte de una nueva especie de anfibio en el planeta.
Al simpático animal, que habita de forma exclusiva en estanques ubicados en zonas altas y sin peces, se le nombró “Rana Lenca”, después de comprobar en su genética que el anfibio es totalmente distinto a todos los registrados en la Tierra.
A 34 años de la declaratoria oficial del área protegida de Uyuca, ubicada a 15 kilómetros del oriente de la capital, entre los municipios de Tatumbla y San Antonio de Oriente, cada año biólogos y ecologistas descubren nuevos reportes de plantas y animales que se encuentran en estado crítico de desaparición a nivel mundial.
Entre las selváticas entrañas de la pequeña reserva, de apenas ocho kilómetros cuadrados, sobreviven gracias a la increíble variedad ecosistémica muchas aves, mamíferos, mariposas, reptiles y anfibios, árboles y plantas epifitas, es decir, que son esenciales para el bosque nuboso preservado como un tesoro en la zona núcleo del lugar.
La extensión del área protegida, destinada exclusivamente a la preservación de las especies y producción de agua, mide 816.9 hectáreas clasificadas en 579.8 para la zona de amortiguamiento y 237.1 de la zona núcleo, donde las temperaturas promedio se mantienen entre 12 y 18 grados centígrados en invierno.
Debido a la gran altitud del accidentado punto montañoso, localizado a 2,006 metros sobre el nivel del mar, en la colina más elevada, durante la estación seca, estudios recientes comprobaron que el cerro produce 200 milímetros de agua, generadas por la lluvia horizontal, es decir, por pequeños goteos acumulados en las plantas tras el paso de la neblina y nubosidad nocturna.
PRESERVACIÓN EJEMPLAR
La Escuela Agrícola Panamericana (EAP) del Zamorano es la institución responsable del manejo e implementación de estudios a la flora y fauna en la reserva de Uyuca, desde hace 70 años, con resultados impactantes en el tema de migración de las plantas hacia las partes altas, para asegurar su supervivencia como consecuencia de la pérdida de su hábitat por el cambio climático.
Debido a que la EAP es la propietaria de más del 43 por ciento de la reserva, el ente coordina con el Instituto de Conservación Forestal (ICF), con apoyo del Comando de Apoyo al Manejo del Ecosistema y Ambiente de las (FF AA) y otros organismos ambientales, fuertes medidas de protección de forma permanente, para prevenir presiones que degraden la naturaleza del lugar.
El director del Centro de Biodiversidad de EAP, Erick Van den Berghe, explicó que la conservación de la biodiversidad en la Reserva Biológica de Uyuca se debe a estrictas políticas de manejo con cero permisos de extracción y explotación de los recursos. Además, no se permite el acceso a todo público, sino solo justificado por cuestiones educativas, de estudios y vigilancia.
Según uno de los inventarios de especies más recientes, en el plan de manejo de la RBU cuenta con un registro de 800 especies de plantas, 170 especies de aves, 76 especies de diversos mamíferos, 18 géneros de anfibios, además de 1,009 tipos de mariposas, entre otros animales catalogados en distintos grados de amenaza, desde preocupación menor hasta estado crítico.
En relación al bosque como productor de agua, Van den Berghe destacó que, de forma directa, la población de siete comunidades de Tatumbla y San Antonio de Oriente se abastecen de agua de los yacimientos en las partes bajas de Uyuca, donde sobresalen tres quebradas de forma permanente y cuatro cristalinos yacimientos.
Sobre las amenazas a la reserva, los administradores del área protegida alertaron que, pese a que no tienen ningún problema con la expansión agrícola y tala de madera, han logrado identificar algunos intentos de caza furtiva y de lotificación dentro de los límites de la zona de amortiguamiento.
DAÑOS AL BOSQUE
El también profesor de la EAP, Erick Van den Berghe, lamentó que una de las principales presiones que reciben los bosques de Uyuca se deben al robo de las plantas epifitas, conocidas como las especies que se enredan de forma amigable entre los pinos y encinos más grandes de la zona y las que son una vegetación esencial para la producción de agua en los bosques.
“Nos preocupa cuando la gente extrae las plantas epifitas porque disminuye la capacidad del bosque de producir agua; la actitud y la cultura es que esas plantas no sirven y no tienen función y le hacemos un favor al árbol al liberarlo de ese peso, se piensa, pero no saben que la generación del agua se puede reducir en un 50 por ciento”, sostuvo Van den Berghe.
BIODIVERSIDAD Reportan nuevos registros de helechos y orquídeas |
Recientes investigaciones de campo en la Reserva Biológica de Uyuca (RBU), reportaron nuevas especies de animales y plantas para el inventario de biodiversidad del lugar, enriquecido en gran manera por exuberantes orquídeas y helechos. El profesor de la Escuela Agrícola Panamericana (EAP), Oliver Komar, detalló que, según los últimos inventarios, la reserva alcanzó el registro de 107 distintos tipos helechos, más de 100 orquídeas y 1,019 mariposas, además de mamíferos como puma, yaguarundi, tigrillos y venados cola blanca. Komar resaltó que el objetivo de la reserva es que la flora y fauna se reproduzcan a niveles significativos y se logró movilizar hacia otras zonas, pero por el momento, alberga una variedad de emblemáticos animales amenazados y no amenazados en los particulares ecosistemas. “Todas las montañas de Honduras tienen una biodiversidad increíble, el país está en el medio de un centro de endemismo y de diversidad mundial, todas las montañas que tienen estos bosques están guardando una biodiversidad muy importante”, indicó el profesor. Para realizar los monitoreos, los grupos de investigadores de la reserva implementan la instalación de trampas cámaras que permanecen en los bosques durante meses y emiten alarmas ante presencias en movimiento, además del recorrido directo por los senderos. La mayoría de los animales en Uyuca tiene comportamientos nocturnos y estacionales, por lo que los biólogos se movilizan en horas de la noche y madrugada para lograr fotografiarlos en compañía de los guardaparques y militares. |
Fuente: La Tribuna