Salió de la miseria y ahora ayuda a los niños a prepararse para la vida

Tegucigalpa, Honduras 24 febrero 2019

DE SUS RECURSOS, COMPRA ÚTILES Y MOCHILAS PARA QUIENES MÁS LO NECESITAN

 

No solo ayuda con dinero, sino que monitorea que los niños estudien.

Se crió en una montaña llama­da Babilonia y para ir a la escuela debía caminar, descalzo, tres kiló­metros de ida y tres de regreso has­ta la escuela Miguel Paz Barahona de San Francisco de Yojoa. Nunca usó uniforme por lo que su traje ha­bitual era una calzoneta roja o na­ranja y muchas veces no había pa­ra útiles pero jamás dejó de asis­tir a clases.

Eth Eluy Sabillón Guzmán y sus seis hermanos fueron criados por su madre soltera y su abuela, quie­nes tenían una fe ciega en la educa­ción. Esa perseverancia en los estu­dios permitió a dos de sus herma­nos graduarse en la universidad y al resto en educación media,

Eth Eluy hoy en día tiene 42 años de edad y es jefe de una fa­milia conformada por su esposa y tres hijos. Es dueño de dos nego­cios: Inversiones Sabillón, dedica­da a bienes raíces; y la pulpería Su­per Ahorro, ubicada en la colonia Villarreal, de Villanueva.

Pese a que la montaña don­de se crió quedó muy atrás en el tiempo, las limitaciones con que se crió siguen vivas en su memoria y por ello decidió compartir un po­co de lo que tiene. Desde hace va­rios años proporciona útiles esco­lares a muchos niños con necesi­dades en Villanueva y San Francis­co de Yojoa.

“La escasez de útiles escolares que yo viví no lo deseo en otros. Siempre hemos procurado ayu­dar en la medida que podemos en la educación de los más necesita­dos, principalmente mi intención es ayudar a los niños que viven en la miseria, más que pobreza, que vivan en la miseria, que no tengan energía eléctrica ni agua potable en sus casas”, refiere este emprende­dor que durante ocho años fue pas­tor de la Iglesia Evangélica y Refor­mada en San Francisco de Yojoa, Concepción del Norte El Progreso.

Sin embargo para Eth Eluy no se trata solo de desprenderse de di­nero, sino que ayudar es una expe­riencia personal y por tanto trans­formadora. Por ejemplo, en San Francisco de Yojoa les proporcio­na útiles escolares a los cuatro hi­jos de “doña María”.

 

Hace tres años Eth y uno de sus hijos vieron a los pequeños tapan­do agujeros con tierra en una carre­tera rural del sector y se detuvieron para ofrecerles alimentos. Les pre­guntaron donde vivían y señalaron una choza a la orilla de la carrete­ra. Cuando hablaron con doña Ma­ría sobre la escolaridad de sus hi­jos confesó que no los mandaba a la escuela por la falta de útiles y de dinero. Desde entonces no les fal­tan los útiles ni el apoyo.

En la colonia Villarreal, don­de tiene su negocio Super Ahorro ayuda a por lo menos 11 niños de diferentes familias que viven a ori­llas de la línea férrea, en casuchitas sin agua potable y ni siquiera piso de cemento. “Ellos necesitaban es­tudiar y ahora lo están haciendo, gracias a Dios están respondiendo, porque monitoreo que estén estu­diando, que en sus escuelas estén siempre presentes”, dijo Eth.

En total para este año ha patro­cinado a unos 20 niños con útiles y uniformes, entre ellos a hijos de

mujeres canillitas. “Son unas muje­res que trabajan desde la madruga­da, aguantando sol en medio de un ambiente hostil pero son muy tra­bajadoras y las personas trabajado­ras son dignas de ayudar”, acotó.

 

“Mis hermanos y yo crecimos en la miseria, sin ningún servicio básico. Muchas veces aguantan­do hambre pero nunca mi mamá y mi abuela me dejaron de mandar a la escuela, aun­que no hubiese útiles escolares, ni uniformes, ni zapatos y que nos tocaba caminar 3 kiló­metros de ida y 3 de regreso para estar en la escuela Miguel Paz Barahona de San Francis­co de Yojoa”. Eth Sabillón.

Fuente:hondudiario