Escuela Garífuna no deja morir su cultura

DURANTE 7 AÑOS SUS DOCENTES NO TUVIERON SALARIO

“Miraba muchos niños en la calle y me preguntaba qué iba a pasar con ellos. Imaginaba que no estudiaban
porque a todas horas los veía recorrer la colonia. Era necesario hacer algo y le pregunté a una amiga que si estaba de acuerdo en reunir a esos niños para darles clases y ella me dijo que fundáramos una escuela para enseñarles y conservar la lengua materna de nuestro grupo étnico”, relató Luisa Benedith, catedrática y fundadora de la Escuela Alfonso Lacayo, ubicada en el sector Rivera Hernández.

Es la primera escuela intercultural bilingüe en la ciudad porque se les enseña la lengua materna del grupo étnico garífuna.

Comenzó con 25 niños en el año 2003. En ese entonces no tenían espacios físicos por lo que iniciaron las clases en algunas casas.

Luego la municipalidad los apoyó y junto con otras instituciones construyeron las primeras tres aulas.

El año pasado, el empresario Roberto Contreras les donó dos aulas más para incluir a otros niños, por lo que ya tienen la oportunidad de tener cuatro grados en la mañana y dos en la tarde.

Aun así el espacio es insuficiente porque ya no solo se trabaja con prebásico sino hasta sexto grado, y quieren continuar ampliando hasta séptimo.

“Durante siete años trabajamos sin nada. No teníamos salario, solo lo hacíamos por amor a los niños. Luego varias organizaciones nos ayudaron y la Dirección Departamental de Educación nos agregó al sistema educativo y hemos logrado salir adelante”, manifestó Benedith.

Rossana Gonzales, directora del centro educativo, dijo que a través de la escuela están conservando la cultura del grupo étnico. Dentro de las actividades incluyen un cuadro de danzas garífunas, cantos, gastronomía y sobre todo la lengua materna.

Además, reciben clases de inglés, y las básicas en español. Sebastiana Arriola, subdirectora de la escuela, afirmó que están apostando por recuperar algunos valores que se están perdiendo.

Es un espacio con varias culturas y que van a seguir fomentándolas a través del esfuerzo de los padres de familia y docentes.

Actualmente tienen alrededor de 200 alumnos, pero van a ampliar la matrícula ya que aun están dando oportunidad de ingresar en este periodo escolar.

UN GRADO SIN MAESTRO
La población estudiantil de sexto grado es de 35 alumnos, sin embargo, este año quedaron sin maestro, ya que se les notificó por parte de la Dirección Departamental de Educación que no cuentan con presupuesto para continuar pagando el catedrático.

“Llevaba seis años laborando en esta escuela y recientemente me dijeron que estoy fuera del sistema porque no tienen presupuesto. Aparte de eso, no me pagaron el salario del mes de enero. Estamos preocupados por esta situación, porque los niños de aquí son de escasos recursos económicos y dejarán de recibir clases, ya que no pueden optar a ir a otra escuela”, expresó Robin Castillo, docente de educación primaria.

El centro educativo no solo carece de maestro, sino que necesitan ampliar el número de aulas para integrar séptimo grado y reparar parte del techo que está dañado.

La escuela está ubicada en una zona vulnerable y uno de los objetivos principales es rescatar los valores
y prevenir la violencia.

“La lengua materna del grupo étnico garífuna se les dificulta un poco pero el interés y la habilidad les ayuda a poder
sobresalir”. Rossana Gonzales.

“Pedimos la colaboración para que sea una escuela grande porque a futuro queremos que esta escuela sea la sede central de las lenguas maternas”. Sebastiana Arriola.

“Tenemos muchos niños en espera porque no tenemos suficientes aulas y no queremos excluirlos. Por eso pedimos apoyo para ampliar el espacio y que otros tengan oportunidad”. Luisa Benedith.