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Azacualpa. Santa Bárbara, Honduras. 24.03.2018
Más de 500 turistas nacionales y extranjeros recorren diariamente los estrechos caminos de tierra que conducen hacia las aguas termales, cubiertas por una pequeña cueva de roca, con la esperanza de que el vapor que emana del río restablezca su salud.
Este lugar está en un sitio con aires míticos en la comunidad de Azacualpa, San Pedro Zacapa, adonde habitan unos 21,ooo habitantes.
Muchos otros turistas llegan a disfrutar de la naturaleza y a darse un “chapuzón” en las cálidas aguas de las distintas pozas que hay en el lugar.
Es una experiencia totalmente rural, y quienes las visitan aseguran que salen renovados luego de exponerse al sauna natural.
“Voy transformada. Siento tranquilidad, totalmente relajada. Sin duda que es una de las experiencias más maravillosas de mi vida”, manifestó Dunia Umaña, una visitante del centro.
El sitio con aires míticos queda en la ruta del Lago de Yojoa
Para llegar
Este balneario rústico está a dos horas veinte minutos de San Pedro Sula y a tres horas de Tegucigalpa.
Al llegar al Lago de Yojoa se dobla en el desvío de Pito Solo y de ahí se toma la carretera hacia Zacapa, entre estos dos puntos hay una distancia de 21 minutos en carretera pavimentada, unos 22 kilómetros.
Una vez ahí, se deben recorrer 9.6 kilómetros montaña arriba hasta la aldea de Azacualpa. Como el camino de tierra es un poco hostil, el tiempo para llegar puede tomar más de 22 minutos.
No obstante, los visitantes aseguran que todo esfuerzo para poder llegar hasta este “manantial de salud” vale la pena. Randy Acosta, uno de los dueños del lugar, dijo que el sitio se ha vuelto muy popular entre los turistas extranjeros, en su mayoría procedentes de Taiwán, Estados Unidos, Canadá, España, Nicaragua y El Salvador.
“Ellos traen hasta alimentos para venir a cocinar en las aguas. La temperatura es tan alta que se puede cocer un elote o yuca en menos de 10 minutos”, contó Acosta.
Añadió que el destino está abierto desde hace más de 30 años y, cada vez son más las personas que se animan a vivir esta aventura.
Las enfermedades que aseguran son capaces de curar estas aguas son la artritis y sinusitis.
A pocos metros del sauna natural, luego de un recorrido a pie de 20 minutos, se puede encontrar una hermosa cascada de 30 metros de altura adonde muchos disfrutan de bañar.
Los visitantes recogen barro de la pequeña cueva para ponerse en el rostro.
Fuente de la eterna juventud
Muchos visitantes acuden al lugar en busca de descubrir el secreto de la belleza y de la eterna juventud, pues aseguran que el barro con olor a azufre que sacan de un extremo de la cueva restaura la piel y suaviza las arrugas.
“La gente trae botes para poder llevar barro. Nosotros siempre les permitimos que lo hagan, pero lo recomendable es ponérselo aquí para que funcione mejor. Los resultados de esta terapia son sorprendentes”, aseguró el dueño del lugar.
Lombardo Morelos, otro de los administradores del centro turístico, contó que durante el asueto de la Semana Mayor estiman que recibirán más de mil personas diarias, tomando en cuenta el registro de turistas de años anteriores.
Fuente: latribuna.hn
