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Gracias es la puerta de los secretos de Lempira

23-03-2018 San Pedro Sula, Honduras.

A más de 260 kilómetros de las playas caribeñas donde el sol quema la piel de los veraneantes, la brisa fresca sopla entre los bosques de la cordillera de Celaque y se escapa por las calles empedradas de la antigua Real Audiencia de los Confines (1544).
GraciasEn contrastate con lo que ocurre en las playas adonde hay música a todo volumen y enjambres de bañistas sobre la arena, aquí en Gracias, los turistas disuelven el verano entre la calma, tenuemente trastocada por el ruido de los mototaxis, y las reminiscencias de la Conquista Españolaque afloran en sus mentes cuando visitan los templos católicos coloniales.
Tras dormir dos noches en hoteles del casco histórico y recorrer la ciudad, Rodolfo Castillo y su esposa llegaron a la conclusión que “es una obligación de todos los hondureños conocer este lugar”.

En el casco histórico se encuentran cuatro iglesias, dos de ellas son de las más antiguas del país.

“Todos los maestros y estudiantes deben hacer excursiones para visitar Gracias. Este es un lugar lleno de historia que nos hace sentir orgullosos. Es un lugar tranquilo adonde uno respira aire puro que viene del Celaque”, dice.

Castillo y su esposa decidieron pasar

Gracias

 la luna de miel en Gracias, conocieron la iglesia La Merced, un templo católico construido por los colonizadores españoles a principios de 1,600 cuando esta ciudad se llamaba Gracias a Dios y su territorio cubría los actuales munic

ipios vecinos de Las Flores y Lepaera.

La Merced es un

 templo que impacta y atrae la atención de turistas nacionales y extranjeros por su frontis barroco copado por figuras en alto relieve entre las cuales sobresalen el Santo Grial, flanqueado por dos cabezas de leones alegóricas a la Corona española.

Desde el centro, los visitantes pueden transportarse en mototaxis hasta la Fortaleza de San Cristobal, en cuyo interior hay una muestra de pintura.
Alrededor de la puerta, en los costados y en la parte superior, dentro de oquedades, permanecen seis esculturas sacras custodiadas por dos ángeles.

Gracias

En Gracias no solamente está La Merced. A un costado del parque central, donde se encuentra la escultura emblemática del indómito Lempira, se encuentra la iglesia de San Marcos (data de los años 1500), con figuras sacras en la fachada y cuatro esculturas empotradas.

A media cuadra del templo, los turistas, como Castillo, encuentran la antiquísima sede de la Real Audiencia de los Confines, la máxima institución de justicia de la Corona en lel siglo XVI.

Desde el centro, los visitantes pueden transportarse en mototaxis hasta la Fortaleza de San Cristobal, en cuyo interior hay una muestra de pintura. Además, pueden obervar esculturas de piedra y la tumba del expresidente Juan Lindo.

En el edificio, de esta instancia legal que dilucidaba los problemas de los indígenas, tenía jurisdicción sobre Guatemala, Belice, Chiapas, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, ahora alberga la Radio Caleb.
GraciasJavier Antonio Enamorado, alcalde del municipio, confirma que “Gracias es un pueblo con encanto” que, además de historia, “ofrece naturaleza y tranquilidad”.
Los turistas que llegan a Gracias deben visitar “el parque nacional montaña de Celaque, hoy biosfera Cacique Lempira. Aquí está el cerro de Las Minas, que es el punto más alto de Honduras con 2,849 metros sobre el nivel del mar”, ejemplifica.

A quienes les gusta el deporte extremo pueden viajar de Gracias a La Igualpa para practicar rapel, descenso de superficies.
Enamorado, el principal promotor turístico de esta ciudad, dice que “además hay bosque nublado” en el cual sobrevuelan especies en extinción como el colibrí esmeralda.

Diversidad

Luego de recorrer la ciudad y acampar en Celaque para contemplar los atardeceres y amaneceres, los turistas se zambullen en las piscinas de aguas termales que, según el alcalde, “ofrecen propiedades medicinales”.

La Fortelaza de San Cristóbal, un edificio de defensa militar construido por órdenes de Juan Lindo en 1850, es ahora uno de los lugares preferidos por los turistas, como castillo, para tomarse selfis.
600 visitantes cada semana, durante temporada alta, Casa Galeano atiende turistas y visitantes que llegan de todo el país y también extranjeros.
Gracias

Esta fortaleza, que se asemeja a una estrella de seis puntas, tiene seis torreones de vigilancia y un edificio central que dejó de ser alojamiento de tropas para convertirse en una sala de exhibición de obras pictóricas de artistas nacionales.

Este fortín, pintado de blanco inmaculado, está incrustado en la cima del cerro San Cristóbal desde donde los turistas pueden observar todo el casco histórico.

En el exterior del fuerte, en cuya entrada hay dos cañones coloniales, se encuentra de manera permanente un conjunto de esculturas gigantes hechas por artistas hondureños.

A un par de cuadras de la fortelaza, los turistas visitan la Casa Galeano que aloja un museo que exhibe piezas lencas y un jardín botánico.

Mavis Maldonado, administradora de Casa Galeano, dice que “este es un centro de interpretación de la comunidad Colosuca, donde hay historia, cultura, leyenda, costumbres y ritos de los antepasados”.

“Tenemos un jardín botánico con unas cinco mil especies de plantas. Las personas que visitan Gracias deben venir a Casa Galeano a conocer sobre nuestros lencas”, dice.

Secretos

Quienes aspiran a explorar más el departamento de Lempira pueden visitar La Campa (a 35 minutos en carro), donde también se encuentra un templo colonial y un canopy elevado a  600 metros de altura.

GraciasEn La Campa, un municipio con menos de cinco hoteles pequeños, los visitantes logran conocer cómo fabrican las ollas, comales, sartenes y otros utensilios lencas elaborados con barro. Adelante de La Campa, entre bosques de pinares, los turistas encuentran San Manuel Colohete, un municipio que esconde uno de los secretos más importantes de Lempira. Aquí, frente a las faldas de la montaña, se halla un templo colonial que, según registros del Instituto Hondureño de Antropología e Historia, es un rastro de los criptojudíos que llegaron procedentes de España.

La fachada de este templo muestra en relieve la figura de una zarza ardiendo alegórica a la Epifanía de Moisés y rosetas de seis puntas, la simbología esotérica relacionada con familias judías que se asentaron en Europa.

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